La FCC (siglas inglesas de Comisión Federal de Comunicaciones, el organismo regulador estadounidense) ha propuesto abreviar el período en el que los satélites LEO (siglas inglesas que designan a los satélites artificiales de órbita terrestre baja) pueden seguir en circulación tras abandonarse su uso, en un intento por minimizar el riesgo de colisión, debido a que el número de ingenios en órbita crece sin cesar.

Si se aplicaran las nuevas medidas, las operadoras que actúan bajo licencia de dicho organismo, o que prestan servicio en el mercado estadounidense, estarían obligadas a eliminar en un plazo de cinco años los satélites que dejen de utilizarse, y de todos modos se las presionaría para que lo hicieran lo antes posible.

Las directrices actuales de la FCC recomiendan la eliminación 25 años después de su uso. Al explicar su propuesta más reciente, la FCC declara que ya no juzga “sostenible dejar que los satélites en LEO tarden décadas en desorbitarse”.

La FCC prevé ofrecer exenciones a quienes lleven a cabo tareas específicas de investigación o científicas que puedan implicar a satélites que ya están en órbita. Planea celebrar una votación sobre la propuesta en su próxima reunión abierta, programada para el 29 de septiembre.

En el documento se señala que “en estos momentos, los satélites obsoletos, núcleos de cohete abandonados y otros desechos abarrotan el entorno espacial”.

Añade que las previsiones de expansión de los satélites LEO, que comprenden también los utilizados por la industria de telefonía móvil, apuntan a un mayor riesgo de colisiones en el futuro.

Dichas normas provisionales se han hecho públicas en un momento en el que crece el interés de las operadoras y fabricantes de teléfonos móviles por la conectividad vía satélite, y un número cada vez mayor de firmas del sector aeroespacial trazan planes para ofrecer capacidad y conectividad desde sus constelaciones respectivas.