Reuters asegura que los inversores con los que había contactado Elon Musk para reducir la carga financiera por la adquisición de Twitter están recelosos tras un último intento del multimillonario por rebajar el precio de compra, acordado inicialmente en 44 millones de dólares (unos 41 millones de euros).

Hace dos días, el bufete de abogados de Musk envió una carta a Twitter, con copia para la Comisión de Valores y Bolsa, en la que el multimillonario amenazaba con retirarse del acuerdo si la firma propietaria de la red social no le proporcionaba más datos sobre su afirmación previa de que los bots o cuentas de spam suponen menos del 5% de su base de usuarios.

Se ha especulado con que Musk estaría criticando a la empresa a fin de renegociar el precio. Si finalmente abandonara el trato, podría enfrentarse a una demanda por incumplimiento de contrato.

Según Reuters, Musk tenía previsto abonar 33.500 millones de dólares (unos 31.200 millones de euros) en efectivo para financiar el acuerdo y utilizar deuda financiada para cubrir el resto.

Aunque es habitual referirse a Musk, cofundador y consejero delegado de Tesla, como persona más rica del mundo –su patrimonio neto asciende a 218.000 millones de dólares (unos 203 millones de euros)–, Reuters explica que, según Forbes, su riqueza está ligada en gran medida a sus acciones de Tesla.

La citada web afirma que, según fuentes no identificadas, Musk ha iniciado conversaciones para conseguir una financiación de 2.000-3.000 millones de dólares (1.863-2.794 millones de euros, aproximadamente) de capital preferente, provenientes de un grupo de empresas de capital privado lideradas por Apollo Global Management. Si lo consiguiera, podría reducir aún más su contribución en efectivo.

Una fuente ha declarado a Reuters que las conversaciones de financiación han quedado en suspenso hasta que el acuerdo se clarifique.
Musk recurre con frecuencia a Twitter, pero hasta el 7 de junio por la tarde no había tuiteado sobre este posible escollo en sus acuerdos de financiación.