El Departamento de Justicia estadounidense ha autorizado a AT&T a hacer efectivo un acuerdo de 2.000 millones de dólares (casi 1.700 millones de euros) con el que quiere vender sus filiales caribeñas a Liberty Latin America. Aun así, ha exigido a las empresas que cedan ciertos activos de fibra a WorldNet Telecommunications, una operadora con sede en Puerto Rico, como requisito previo a la aprobación. Liberty Latin America deberá vender la red de fibra que posee en la capital puertorriqueña de San Juan, todos los activos de fibra de su filial Liberty Communications Puerto Rico (LCPR), las cuentas de clientes empresariales de LCPR y los derechos para desplegar fibra usando sus infraestructuras tanto de superficie como subterráneas.

AT&T también estará obligada a ofrecer una opción de compra sobre segmentos de su red de fibra aérea. El Departamento de Justicia ha señalado que Liberty Latin America y AT&T son dos de las tres mayores operadoras de telefonía fija de Puerto Rico y argumenta que la combinación de sus activos “dejaría a muchos clientes con una única opción alternativa y a otros” sin ninguna. Añade que la desinversión remediará los posibles daños a los consumidores al situar a WorldNet Telecommunications como “sólido competidor” en el mercado de la fibra. Un juez deberá ratificar dichas condiciones, que AT&T y Liberty Latin America ya han aceptado. En una reciente teleconferencia sobre resultados, John Stephens, director financiero de AT&T, ha explicado que cuenta con que la venta a Liberty Latin America se cierre a finales de octubre.