Los consejeros delegados de Vodafone, Deutsche Telekom, Telefónica y Orange han presentado una petición urgente a los organismos reguladores europeos para que obliguen a las grandes plataformas de contenido a contribuir a los costes de la infraestructura digital que les permite ofrecer sus servicios.

Una carta abierta firmada por José María Álvarez-Pallete, presidente y consejero delegado de Telefónica, Timotheus Hottges, consejero delegado de Deutsche Telekom, Nick Read, consejero delegado de Vodafone, y Stéphane Richard, presidente y consejero delegado saliente de Orange, señala que las redes tienen que afrontar exigencias cada vez mayores, y que existen marcadas diferencias en rentabilidad entre las empresas que crean los servicios y las que los prestan.

Las cuatro firmas señalan que el streaming de vídeo, los juegos y el contenido de redes sociales procedentes de unas pocas plataformas digitales suponen el 70% del tráfico de red, y que las principales empresas del sector buscan sin cesar una retransmisión en streaming de mayor calidad.

Las operadoras añaden que las empresas citadas se benefician de unos “modelos de negocio hiperescalables a bajo coste, mientras que las operadoras de red asumen las inversiones necesarias en conectividad”, en un contexto en el que sus propios mercados minoristas sufren un “perpetuo declive en términos de rentabilidad”.

La carta se hace eco de quejas que los directivos de las operadoras ya han manifestado en varias ocasiones. Así, afirma que la incapacidad de obtener un rendimiento viable con las inversiones en la red pone en peligro el desarrollo de dicha infraestructura y la calidad del servicio.

Los directivos hacen referencia a un amplio compromiso asumido por la Comisión Europea en enero de 2022, por el que todos los implicados en el mercado deberían contribuir al coste de los servicios e infraestructuras públicas, y “apremian a los legisladores a que introduzcan normas para toda la Unión Europea que hagan realidad dicho principio”.

“El reloj no se detiene y debemos tener en cuenta, sobre todo, las enormes inversiones que aún serán necesarias para alcanzar los objetivos de conectividad fijados por la Comisión Europea para 2030… Si no hallamos una solución equitativa, no lo conseguiremos.”