La Comisión Europea (CE) ha iniciado una investigación a fondo sobre la propuesta de Viasat para adquirir su homóloga Inmarsat, porque entiende que esta podría afectar a la competencia en el ámbito de la conectividad en pleno vuelo.

En una declaración en la que expone dudas preliminares sobre dicha operación, la CE señala que ambas firmas son competidoras directas y se han enfrentado en licitaciones de aerolíneas comerciales.

La Comisión teme que la adquisición reduzca la competencia en un mercado en el que ya hay pocos proveedores alternativos. También observa que ambas firmas operan en un espacio en el que no es fácil entrar.

En el marco de su investigación, la CE prevé evaluar si la aparición de operadoras que utilicen satélites a otras altitudes podría ejercer presión competitiva en el futuro.

El organismo regulador tiene un plazo que finalizará el 29 de junio para adoptar una decisión sobre dicha operación, que también está siendo objeto de una investigación detallada en el Reino Unido con el 30 de marzo como fecha límite.

En una respuesta conjunta a la apertura de la investigación de la CE, Viasat e Inmarsat han declarado su intención de seguir colaborando con dicha autoridad.

Ambas firmas “confían en que la fusión propuesta reforzará el creciente mercado de las comunicaciones por satélite” y entienden que la unión de sus respectivas fuerzas les permitirá ofrecer “nuevos e innovadores servicios a sus clientes en Europa y en todo el mundo”.

Tanto Viasat como Inmarsat suministran conectividad en pleno vuelo desde sus respectivas flotas de satélites geoestacionarios. Viasat posee y opera cuatro satélites, a los que añade capacidad que arrienda a terceros, mientras que Inmarsat cuenta con una flota de quince satélites.