Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, ha captado la atención tanto del público como de las grandes empresas al cambiar el nombre de su firma por Meta. De repente, la realidad virtual y los avatares se han transformado en apuestas válidas en la economía digital.

Ya antes del cambio de nombre de Facebook, el reputado inversor tecnológico Matthew Ball, uno de los principales oradores del MWC21 de Los Ángeles, había dedicado mucha atención al metaverso. Ball ha señalado que el hardware destinado al metaverso se divide en dos categorías: equipos para consumidores y hardware empresarial para el desarrollo y la ejecución de mundos virtuales.

Por ahora, Meta no es un actor importante en ninguno de esos dos mercados. Pero parece que la situación va a cambiar. The New York Times informaba esta semana de que Meta estudia la posibilidad de abrir tiendas físicas para dar a conocer a los consumidores sus dispositivos de realidad virtual y aumentada.

Seguramente, el más conocido de dichos dispositivos es Oculus, el visor de realidad virtual de Meta. La firma también colabora con Ray-Ban en el desarrollo de gafas inteligentes. Más recientemente, la aplicación que sirve para controlar estos dispositivos nos ha aportado una nueva pista sobre otro futuro producto de Meta.

A finales de octubre, el desarrollador de aplicaciones Steve Moser descubrió una imagen de un reloj inteligente dentro de la aplicación que controlará las gafas inteligentes de Meta. Envió las imágenes a Bloomberg, que informó de que dicho reloj puede separarse de su correa y dispone de un elemento que no hallamos en la mayoría de relojes inteligentes: una cámara.

Tanto Apple como Samsung han experimentado con cámaras para relojes, pero nunca las han incorporado a un reloj comercial.

Ramón Llamas, director de investigación de IDC, entiende que la cámara del reloj Meta sería una característica definitoria. Ha declarado a Mobile World Live que, en su opinión, “lo más importante es la cámara bidireccional, porque ahora mismo no parece que nadie esté haciendo nada parecido. Sigue la misma línea que el tipo de comunicaciones que se realizan mediante FaceTime, Zoom o Google Duo.”

También responde a la idea de proyectarnos mediante avatares. Anshel Sag, analista de Moor Insights & Strategy especializado en smartphones, tecnología móvil, PC, 5G y RE, considera que “los ponibles serán una de las formas en que los usuarios podrán interactuar con el metaverso del futuro”.

Sag ha declarado a Mobile World Live que “Facebook está investigando intensamente en todo lo que tiene que ver con el uso de electromiografía y pensamientos sobre los movimientos de muñeca para controlar la interfaz por parte del usuario. Aunque tal vez hallemos cierta prevención ante un ponible de Meta, la firma también podría alcanzar una presencia significativa en el ámbito de la sanidad, puesto que acaba de adquirir Within, el estudio que produce la popular aplicación de ejercicio físico Supernatural, que funciona exclusivamente sobre Oculus VR. Así pues, existen varias razones por las que Meta podría desarrollar un reloj inteligente de este tipo y todas ellas parecen plausibles a corto plazo.”

Llamas, de IDC, no se expresa en términos tan optimistas como Sag. Entiende que el reloj de Meta es, “en este momento, todavía una idea”. Piensa que esa idea se transformará en producto real si las pruebas demuestran que los consumidores prefieren la comodidad de un reloj a la de un smartphone, unos auriculares u otro dispositivo.

Explica que “la comodidad está por encima de todo lo demás. Si logramos que el consumidor ahorre tiempo y reduzca el número de pasos necesarios para llevar a cabo una actividad –sobre todo si se trata de comunicarse–, quizá despertaremos su interés por una opción no convencional”.

No parece que vayamos a levantar continuamente la muñeca a la altura de los ojos para chatear por vídeo o interactuar con el metaverso. Mirar hacia abajo, hacia la diminuta cámara de un reloj, también podría resultar incómodo.

Pero Bloomberg destaca que el reloj de Meta puede separarse de la correa de la muñeca. Quizá la empresa pretende que interactuemos con el metaverso por el procedimiento de sujetar el dispositivo en un punto estable. Esperemos que no sea el salpicadero del coche.

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