La filial española del grupo británico de telecomunicaciones registró en el segundo trimestre de su ejercicio fiscal unos ingresos por servicios de 960 millones de euros, que representa un descenso interanual del 1,8% pero mejora la tendencia anterior, ya que en el primer trimestre, el de mayor afectación por la crisis sanitaria del Covid-19, la caída fue del 6,9%. Asimismo, la firma presume de captación de clientes, con 95.000 altas netas de móvil de contrato, 101.000 de fibra y 114.000 de televisión durante el periodo.

Según Cinco Días, la tendencia mostrada por Vodafone mejora a la de sus rivales Orange y Movistar, que han sufrido caídas del 7,1% y el 3,6%, respectivamente. En la misma línea, elEconomista destaca que Vodafone facturó entre junio y septiembre por servicios a clientes -es decir, descontando el negocio mayorista- más que Orange, lo que la sitúa en segundo puesto del mercado español por este concepto.

Antonio Coimbra ha defendido en su primera rueda de prensa como presidente no ejecutivo de Vodafone España -acaba de ceder a Colman Deegan el puesto de consejero delegado- el acierto de prescindir de las retransmisiones de fútbol, decisión tomada hace dos años por la empresa al considerar que el coste penalizaba la competitividad de la operadora. Aún así, cuenta con más de 1,5 millones de abonados al servicio de TV. Asimismo, Coimbra ha puesto en valor la reorganización de la compañía, la digitalización de la relación con los clientes, la anticipación de más de 15 meses a sus rivales en el lanzamiento del servicio 5G (ya disponible en 21 ciudades con cobertura del 50% de su población) y la generalización de los datos ilimitados en todas las tarifas móviles de contrato y convergentes.

Vodafone también se atribuye el liderazgo del mercado español de objetos conectados, con una cuita del 37,1%.
En cuanto a la próxima subasta de espectro para 5G en la banda de 700 MHz, prevista para el primer trimestre de 2021, el directivo ha reclamado al Gobierno español que evite abordarla con afán recaudatorio: “sería un tremendo error” que penalizaría las inversiones que las operadoras españolas deben acometer para los despliegues de 5G. Coimbra cifra dichas inversiones en 5.000 millones para igualar con 5G la cobertura 4G existente, y en 10.000 millones para alcanzar la ubicuidad que requieren aplicaciones como los coches conectados. En el caso de Vodafone, se traduciría entre 700 y 800 millones anuales.

Preguntado por las intenciones de Vodafone de cara a las operaciones de consolidación que se prevén en el sector, y que sitúan a la compañía como candidata a una absorción de Más Móvil, Coimbra ha remitido a las declaraciones de Nick Read, consejero delegado del grupo, que ha dejado abierta la puerta a posibles oportunidades, “siempre que aporten valor”.