El consejo de administración de Ericsson ha decidido que “ha llegado el momento de que un nuevo líder impulse la fase siguiente del desarrollo de Ericsson”, y en consecuencia el consejero delegado Hans Vestberg deja la empresa de inmediato.

Vestberg quedará a disposición del consejo y de la nueva dirección de la empresa para apoyarles durante un periodo de seis meses.
Todavía no se ha nombrado al sustituto de Vestberg, pero está en marcha un proceso de selección que contemplará tanto candidatos internos como externos. La semana pasada se citó a Anders Runevad, antiguo directivo de Ericsson, como posible sucesor.

A corto plazo, el puesto de Vestberg ha sido ocupado por el director financiero Jan Frykhammar; a su vez, Carl Mellander, vicepresidente y tesorero del grupo, ha sidno nombrado director financiero en funciones.

Informaciones periodísticas de la semana pasada apuntaban que los dos mayores accionistas de la empresa habían acordado que era el momento de hacer cambios en la cúpula.

Los resultados de Ericsson correspondientes al segundo trimestre no fueron buenos: la facturación neta disminuyó un 11% y los beneficios netos cayeron un 26%. También se anunciaron nuevas medidas de reducción de costes, despidos incluidos. No estaba claro que Vestberg, tras siete años en el cargo, hubiera diseñado un cambio de rumbo, y los resultados no resultaban muy esperanzadores.

No obstante, la decisión de efectuar ahora el relevo resulta sorprendente. Una teoría de la semana pasada indicaba que el consejo dejaría que Vestberg se hiciera cargo de aplicar los difíciles recortes, en lugar de dejar una labor tan impopular a su sustituto. Ahora será Frykhammar quien se encargará de ello, al menos por el momento.

Vestberg, que ha sido criticado en la prensa sueca por su remuneración y por sus gastos corporativos, sale de Ericsson con una indemnización de 28 millones de coronas (casi 3 millones de euros) tras 28 años trabajando en la firma sueca.