Kevin Systrom y Mike Krieger, fundadores de Instagram, abandonarán la firma, que Facebook adquirió en el 2012 por 1.000 millones de dólares (unos 851 millones de euros). Al parecer, su decisión se debe a desacuerdos con Mark Zuckerberg, consejero delegado de Facebook.

Systrom explica en una declaración que tanto él como Krieger están “listos para el siguiente capítulo” y que se tomarán cierto tiempo para “volver a explorar” su “curiosidad y creatividad”.

“Si queremos construir algo nuevo, tendremos que tomar perspectiva, entender qué es lo que nos inspira y hacerlo concordar con las necesidades del mundo.”

Los fundadores de Instagram añaden que “sienten un gran interés por el futuro que aguarda a Instagram y Facebook durante los próximos años” y que están deseosos por “ver lo que harán esas empresas innovadoras y extraordinarias”.

Un artículo publicado en Bloomberg explica que Systrom y Krieger habían gestionado el producto con plena autonomía respecto a Facebook, utilizando las infraestructuras y los recursos de la empresa matriz. Con todo, durante los últimos tiempos estaban molestos por la intervención de Zuckerberg en los asuntos ordinarios.

El mismo medio cita fuentes que afirman que Instagram, probablemente una de las adquisiciones más exitosas de Facebook, podría dirigirse a una mayor integración en la gigantesca empresa de redes sociales.

Zuckerberg ha declarado mediante un comunicado que los cofundadores “son extraordinarios líderes de productos e Instagram es un reflejo de la combinación de sus talentos creativos”.

“Les deseo todo lo mejor y tengo ganas de ver lo que crearán ahora.”

Este mismo año, Facebook perdió a otro directivo que se había incorporado a la firma como consecuencia de la adquisición de un servicio de gran popularidad. Jan Koum, cofundador de WhatsApp, la abandonó, aparentemente por desacuerdos con la empresa matriz Facebook en materias tales como los datos de los usuarios, el cifrado y la monetización de la aplicación de mensajería.

Brian Acton, el otro fundador de WhatsApp, que abandonó Facebook incluso antes que Koum renunciando a 850 millones de dólares, ha explicado justamente esta semana a Forbes sus motivos para tomar la decisión, entre los que destaca los desacuerdos con Sheryl Sandberg y otros directivos sobre las intromisiones en la privacidad de los usuarios del servicio.