A nadie podríamos reprocharle que se imaginara un Pidgey suspendido en el aire, o un Pikachu vagabundo, tan solo con oír hablar de la realidad aumentada (RA). Por ahora, el caso de uso más popular de dicha tecnología es el juego Pokemon Go, que alcanzó un extraordinario éxito en 2016.

Pero empezamos a ver que la RA ofrece posibilidades mucho más sustanciosas que la captura de pequeñas criaturas virtuales en un entorno de mundo real. Algunas de las corporaciones y firmas tecnológicas más importantes están intentando demostrarlo.

Dicha tecnología suscita mucho interés -por ejemplo, en el CES 2018 celebrado en Las Vegas-, en parte como consecuencia del éxito de Pokemon Go, y en parte porque Apple y Google están promocionando sus propias plataformas para smartphone, conocidas respectivamente como ARKit y ARCore.

La información publicada sobre dicha feria parece apuntar a un resurgimiento de las gafas inteligentes con RA, media década después del malogrado lanzamiento de Google Glass y tres años después de la primera aparición de la HoloLens de Microsoft.

El producto que ha generado mayor número de titulares son unas gafas inteligentes desarrolladas por la estadounidense Vuzix, que permiten al usuario combinar una conversación con el Alexa de Amazon y el visionado de imágenes de RA e información en las gafas.

La integración en gafas inteligentes forma parte de una estrategia más amplia de Amazon para conseguir que los usuarios puedan acceder a su asistente virtual en un número mayor de dispositivos, porque la competición con Google por la supremacía en altavoces inteligentes no ha terminado.

Pero, por otra parte, la disponibilidad de un número cada vez mayor de dispositivos provistos de RA es un indicio de la creciente importancia de dicha tecnología para las empresas y de la multiplicación de los casos de uso a disposición del consumidor.

Rokid, una firma de inteligencia artificial (IA) y robótica, ha rivalizado con Vuzix para capitalizar la atención en el CES. También ha anunciado planes para sacar unas gafas de RA y ha ofrecido una demostración del dispositivo en dicha feria.

Según The Verge las gafas Rokid Glass están concebidas como producto autónomo y que incorporarán su propio procesador interno, con lo que no necesitarán conectarse a un smartphone o PC. El dispositivo tendrá un campo de visión de 50 grados y presentará objetos o información en la línea de visión del usuario, sin que este deje de interactuar con el entorno físico.

Aparte de todo lo que visto en el CES, se rumorea que Apple trabaja para lanzar su propio dispositivo de RA para el 2019. Microsoft también está desarrollando una nueva generación de HoloLens, y es posible que Google vuelva a sacar un producto de hardware para RA de consumo.

Pero, por ahora, la empresa ya ha modernizado Google Glass para uso empresarial. Muchos de los analistas de mercados piensan que la temprana entrada de Google en el sector podría haber sido un golpe maestro.

Una oportunidad en el mundo empresarial

La firma de investigación tecnológica ARtillry Insights (una división de la VR/AR Association, la Asociación de RV/RA) ha estimado en un informe que el mercado de RA empresarial alcanzará los 47.700 millones de dólares (unos 39.000 millones de euros) en 2021 frente a los 829 millones de dólares (unos 677 millones de euros) de 2016. Dicho estudio calcula que la IA para consumidores generará dividendos de 15.800 millones de dólares (unos 12.900 millones de euros) para 2021, frente a 975 millones de dólares (unos 797 millones de euros) en 2016, lo que supondría un crecimiento formidable.

AREA, una organización que afirma ser la única alianza de carácter no lucrativo y alcance mundial que promueve la adopción de la RA en las empresas, confía igualmente en que los beneficios de los negocios a largo plazo irán más allá que los casos de uso destinados a consumidores.

Mark Sage, director ejecutivo de AREA, ha declarado a Mobile World Live que “la RA empresarial ofrece una clara rentabilidad a largo plazo basada en los avances y en las mejoras en eficiencia. Aunque la RA para consumidores proporcione beneficios y contribuya a educar en su uso, el alcance y los beneficios que pueden lograrse en el ámbito empresarial comportarán una rentabilidad mucho mayor.”

Y si cabe fiarse del éxito temprano de Google, las abultadas proyecciones de ARtillry Insight y los objetivos de la propia AREA podrían confirmarse.

La edición empresarial de las gafas inteligentes de Google, lanzada en julio de 2017, se utiliza ahora en numerosas instalaciones de producción de todo el mundo, y la empresa ya puede presumir de clientes tan importantes como DHL, GE y Volkswagen.

El dispositivo está concebido para que los trabajadores de fábrica, por ejemplo, puedan concentrarse en el trabajo al eliminar las distracciones del entorno. También permiten el visionado de vídeos formativos en los que aparecen imágenes acompañadas por instrucciones, y que diferentes trabajadores que utilizan las gafas se conecten, cooperen y resuelvan problemas en tiempo real. Lo más importante es que las Google Glass renovadas han demostrado tener un espacio en el mundo empresarial.

La mezcla de Realidad Aumentada y Realidad Virtual

La consultoría Deloitte publicó en abril del 2017 un informe que añadía a la mezcla la realidad virtual (RV) -la hermana mayor, a la que quizá se dio demasiado bombo, de la RA-, y subrayaba la fuerza que estaba cobrando el uso de ambas tecnologías en la empresa.

Deloitte explica que más de 150 empresas de sectores diversos, entre las que figuran 52 firmas de Fortune 500, estaban probando o habían instalado soluciones de RA/RV en 2016, mientras que la inversión de capital riesgo y corporativa en empresas incipientes de RA/VR sumaba 2.300 millones de dólares (unos 1.880 millones de euros), un incremento del 230% respecto a 2015.

La asesoría también menciona cifras de IDC que animan a un optimismo todavía mayor: dicha firma entiende que los ingresos generados por RA/RV crecerán de 5.200 millones de dólares (unos 4.250 millones de euros) en 2016 a 162.000 millones de dólares (unos 132.000 millones de euros) en el 2020.

Sage respalda la idea de que la RA y la RV van de la mano, por lo menos en la empresa. Afirma que “la RV y la RA pueden coexistir y beneficiarse mutuamente”.

“He hablado con numerosas firmas que usan la RV en el diseño y la formación del personal, y la RA en ensamblaje, inspecciones, formación durante el horario de trabajo y mantenimiento.”

Deloitte añade un análisis de más de 150 pruebas piloto e instalaciones tanto de RA como de RV, en el que cuatro categorías distintas predominan. Según la consultoría, se trata de orientación y colaboración, aprendizaje y formación inmersiva (en la línea de los ejemplos de Google), mejora en las experiencias del consumidor, y diseño y análisis.

Si traducimos dichas categorías en ejemplos del mundo real, podemos citar a Coca-Cola como ejemplo de estudio de experiencias inmersivas en las campañas publicitarias realizadas durante el período vacacional, mientras que la firma de automoción Volvo ofrece a los potenciales clientes una prueba de conducción mediante elementos de tecnología de RA.

Por poner un ejemplo de formación del personal, Japan Airlines entrena a sus pilotos en una cabina virtual.

Más allá de los ponibles

Forrester Research calcula que unos 14 millones de trabajadores usarán como mínimo un dispositivo ponible en 2025, frente a los 400.000 de 2017, lo que supondría un crecimiento muy significativo.

Y no cabe ninguna duda de que el CES de este año ha revivido el entusiasmo por el ponible integrado con RA.

Con todo, Sage quiere subrayar que el potencial de dicha tecnología no radica tan solo en el desarrollo de productos tales como gafas inteligentes.

Afirma que “si bien se trata de una solución de hardware importante, y con una difusión cada vez mayor, las empresas ya están resolviendo problemas mediante soluciones de RA para tabletas, teléfonos y proyecciones. Los ponibles van a transformar la industria, simplemente porque permiten que los trabajadores actúen con mayor rapidez y efectividad. Pero se van a necesitar dispositivos seguros, manejables y robustos para muchos entornos distintos.”

Aunque puede parecer que las empresas se adhieren plenamente a la revolución de la RA, Sage advierte que nos hallamos en una fase en la que todavía hay que superar barreras sustanciales, y que hay que seguir trabajando para que dicha tecnología ofrezca todos sus frutos.

“Ahora mismo se están realizando dentro de las empresas muchas pruebas de concepto y de proyectos de valor. Con todo, los ejemplos de plena industrialización de la RA son menos numerosos. Nos referimos a casos en los que la utilice todo el personal, y no tan solo pequeños proyectos de innovación.”

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