La red de Visa Europa dejó de funcionar el día 1 de junio y muchas de las personas que utilizan sus tarjetas y monederos móviles vinculados con ellas tuvieron que volver al efectivo. Aunque el tribunal popular no ha alterado su dictamen favorable a un futuro sin dinero físico, puede que sus ideas hayan sufrido un revés muy grave.

La frustración ha sido palpable, tanto en las redes sociales como –lo digo por experiencia personal– en las tiendas, donde se formaron colas de gente que no podía pagar sus compras, a menos que llevaran dinero en efectivo o una tarjeta suministrada por una firma rival.

La implantación de Visa en ciertos mercados es tan fuerte que muchos comerciantes tuvieron que contentarse con utilizar dinero en efectivo en todas las transacciones. Aunque Visa anunciara el restablecimiento de sus servicios a las 19:30 (horario español peninsular) del 2 de junio, durante el fin de semana los clientes siguieron quejándose de pagos duplicados y transacciones fallidas.

Si de verdad se trató de un problema breve y excepcional (Visa afirma que duró unas pocas horas), es probable que sus efectos a largo plazo sean mínimos. Pero todos los que recelan de la desaparición del dinero en efectivo buscarán cualquier prueba de que el dinero virtual no es 100% seguro, con el fin de argumentar que los pagos móviles son inferiores a las monedas y billetes.

Visa explica en una declaración que el problema se debió a un “fallo en el hardware”, lo que no inspira mucha confianza en que no pueda repetirse. Si se repitiera, es probable que sean muchas las personas que busquen alternativas.

La batalla del dinero

Los proveedores europeos de monederos móviles ya lo tienen difícil para llegar al bolsillo de los consumidores europeos, sin necesidad de que el rechazo de terceros empeore su situación.

Tradicionalmente, los monederos móviles no han tenido tanto éxito en Europa como en otros

mercados. Dicho fenómeno se debe, en parte, al arraigo de los pagos con tarjeta y a la falta de ofertas de valor añadido mediante planes de fidelización.

Las estadísticas de la propia Visa sobre pagos en Europa, publicadas en setiembre de 2017, pronostican que los sistemas de pago mediante teléfono móvil “despegarán” durante los próximos años gracias a un incremento en su uso por parte de los que ahora tienen menos de 35 años de edad. Sus predicciones sobre el Reino Unido son igualmente optimistas y coinciden con un estudio de WorldPay, una empresa que suministra terminales a comercios minoristas.

Con todo, las estadísticas sobre métodos de pago elaboradas por el Banco Central Europeo (BCE) demuestran que el dinero en efectivo todavía cubre gran parte de los pagos en puntos de venta físicos de todo el continente.

Las cifras más recientes del BCE –de 2016– muestran que el 79% de las transacciones en puntos de venta efectuadas en la Eurozona durante dicho año se realizaron con efectivo. En un 19% se utilizó tarjeta.

El grupo bancario UK Finance muestra que el Reino Unido es uno de los mercados más avanzados. Afirma que el 44% de las transacciones que tuvieron lugar en el Reino Unido durante el 2016 se efectuaron con dinero y cuenta con que dicha cifra se haya reducido a la mitad en el 2026.

Aunque los datos del 2016 apenas si pueden informarnos sobre el impacto de los monederos móviles –porque la implantación internacional de Google Pay (antes Android Pay), Samsung Pay y Apple Pay experimentó una notable aceleración en el 2017–, las tarjetas de crédito funcionan desde hace varias décadas y en muchos mercados aún no han conseguido imponerse al dinero en efectivo.

Se acepta en todas partes

Según el estudio del BCE, el 38% de los encuestados que prefieren el dinero en efectivo afirman que ello se debe a que “se acepta en todas partes”. Los fallos generales en el funcionamiento de las redes de pagos no ayudan a apaciguar sus inquietudes. Los minoristas afectados por la interrupción en el funcionamiento de Visa aconsejaban ir a sacar dinero a un cajero electrónico, un lujo que no pueden permitirse –aun cuando tengan fondos– las personas que disponen tan solo de un monedero móvil.

En materia de dinero y pagos, la confianza es muy importante, y bastará con que los consumidores padezcan uno o dos fallos al realizar sus transacciones para que se pasen a un sistema que consideren más fiable.

Aunque la desconexión de hace pocos días afectara tan solo a Visa, lo que vieron los clientes de Apple Pay, Google Pay y Samsung Pay era que su monedero móvil no funcionaba, o no era aceptado, y tendrán que ser dichos servicios los que se enfrenten a la tarea de recobrar la confianza del usuario.