EN DIRECTO DESDE GSMA MOBILE 360 SERIES – AMÉRICA LATINA, BUENOS AIRES: Durante la sesión titulada Mobile Networks – Delivering IoT & Societal Impact, Intel ha subrayado la necesidad de monetizar los datos provenientes de Internet de las Cosas y otros expertos han preferido centrarse en las oportunidades y los problemas regulatorios.

Según Marcelo Bartelomi (en la foto), director general de Intel para el territorio americano, la Internet de las Cosas será el próximo gran negocio de América Latina, en lugar de Internet, los ordenadores y los smartphones, y las operadoras tienen que estar preparadas para rentabilizarla.

Las empresas deben empezar a pensar en lo que harán con todos los datos que recopilarán y decantarse por una solución escalable.

El directivo ha subrayado que las soluciones de Internet de las Cosas tienen que abarcar un gran número de procesos y flujos de trabajo. Tan solo en la industria vertical del transporte, habrá soluciones para pasajeros, logística y almacenamiento en frío, por citar tan solo unos pocos. Las operadoras deben saber dónde podrán posicionarse y lograr la máxima rentabilidad.

Así, por ejemplo, Intel está estudiando el transporte, las ciudades inteligentes, la videovigilancia y el comercio minorista, y quiere colaborar con operadoras “para que puedan empezar a estudiar soluciones repetibles y escalables”.

Los marcos regulatorios de Internet de las Cosas

Por otra parte, Stefano Nicoletti, director de Políticas Tecnológicas y Asuntos Gubernamentales y Regulación de la GSMA, afirma que las políticas regulatorias de ciertos gobiernos no tienen en cuenta un hecho tan obvio como que la Internet de las Cosas es muy distinta de los servicios de voz y datos tradicionales.

Tienen que comprender que el ARPU (siglas inglesas de Ingresos Medios por Usuario) derivado de la conectividad de Internet de las Cosas es mucho más bajo y exige modelos de negocio totalmente distintos.

Recomienda que los gobiernos empiecen por valorar el impacto socioeconómico de la Internet de las Cosas y, previa consulta a las partes interesadas, diseñen una estrategia a largo plazo.

El segundo paso consistiría en identificar a los sectores clave en los que quieren trabajar. Así, por ejemplo, puede que las áreas más beneficiosas para América Latina no sean las mismas que en Estados Unidos y Japón, y hay que tenerlo en cuenta al definir los indicadores clave de rendimiento.

Y para terminar, afirma que la independencia en la toma de decisiones y la financiación, así como la coordinación entre departamentos, tienen una importancia clave.