El congreso Airspace World 2024 nos ha permitido ver cómo las tecnologías digitales y la IA pueden transformar incluso industrias en las que se trabaja con requisitos de seguridad muy estrictos, si bien el palpable entusiasmo de algunos participantes se ha visto contrarrestado, en parte, por las dudas en materia de fiabilidad.

Igual que ha ocurrido en los encuentros de casi todas las industrias durante los últimos nueve meses, la IA y la IA generativa han tenido una presencia abrumadora en el congreso celebrado en Ginebra, si bien varios ponentes destacados han dado una visión mucho más positiva de la primera de dichas tecnologías.

Los sectores que han tomado parte en el congreso, como por ejemplo el de gestión del control del tráfico aéreo (siglas inglesas ATC), tienen que trabajar en un entorno operativo cada vez más complejo. Aparte de un volumen cada vez mayor de aviones de pasajeros y de carga, hay que tener en cuenta los nuevos drones y vehículos eléctricos de despegue y aterrizaje vertical (siglas inglesas eVTOL), que operan a altitudes más bajas.

Otro problema al que se enfrenta la administración del espacio aéreo es el creciente número de lanzamientos de cohetes, como por ejemplo los destinados a infraestructuras de comunicaciones por satélite, que exigen despejar las zonas que se hallan sobre los emplazamientos de despegue.

Ante las crecientes dificultades de navegación en dichos entornos, se cree que la adopción de tecnologías de IA desempeñará un papel central en la seguridad y eficacia de la gestión del espacio aéreo. Pero, como ya era de prever, la fiabilidad y seguridad de los sistemas es motivo frecuente de preocupación.

Durante una mesa redonda celebrada el primer día y titulada The Skies of Tomorrow: How AI is Transforming Air Traffic Management (Los cielos del mañana: Cómo la IA transforma la gestión del tráfico aéreo), un grupo de expertos de todo el sector ha ofrecido una visión exhaustiva del papel, los riesgos y los desafíos que podría plantear la aplicación de la IA en el control del tráfico aéreo y ámbitos afines.

image of NATS CTO Adam Wheeldon

Adam Wheeldon (en la foto de la izquierda), director de Tecnología de NATS, firma británica especializada en el control del tráfico aéreo, ha explicado que su organización lleva varios años usando la IA a fin de “explotar” el gran volumen de datos que posee, “a fin de mejorar los conceptos operativos y los indicadores de seguridad”.

El directivo ha añadido que, más recientemente, su firma ha usado dicha tecnología dentro de una herramienta de enfoque inteligente y toma de decisiones predictiva (relacionada con el uso de las pistas), así como en una plataforma destinada a equilibrar la capacidad de demanda. El lanzamiento de ambas ha tenido lugar en el aeropuerto londinense de Heathrow.

Por lo que respecta a la plataforma de enfoque inteligente, ha aclarado que la IA utilizada es algorítmica y que “no se sirve de aprendizaje profundo ni de nada por el estilo, sino que ofrece a los controladores un apoyo del que normalmente no dispondrían”.

Wheeldon ha añadido que la IA más avanzada de su firma se está probando en un proyecto de I+D denominado Bluebird, que recurre a agentes de aprendizaje automático dentro de un gemelo digital para asumir y controlar una tarea. El proyecto incluye pruebas tanto con agentes de IA como con humanos.

Ha explicado que “trabajamos durante media hora con el agente de IA que controla el tráfico en el sector y luego cambiamos, dejando que el humano haga la misma tarea. A continuación el humano puntúa la eficacia del control de la IA. La seguridad con que estos agentes gestionan el tráfico es notable. Lo más difícil es la cuestión de la rapidez, mantenerse a la altura de los flujos.”

Ha añadido que la IA tiende a adoptar una “estrategia más segura que la que tal vez seguiría un humano. La fase siguiente del proyecto consiste en estudiar la fiabilidad de la IA y comprobar si sus resultados son fiables”.

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La seguridad con que estos agentes gestionan el tráfico es notable.

ADAM WHEELDON, DIRECTOR DE TECNOLOGÍA NATS

Wheeldon ha concluido que “lo que descubrimos es que la IA querría eliminar muchas de las restricciones humanas, como bucles, sectores y pequeños fragmentos de espacio aéreo. Preferiría disponer de toda la región de información de vuelo y controlar los vuelos en todo el espacio aéreo. Eso está muy bien, pero, por desgracia, sólo será fiable si cuentas con un ser humano [que] entienda lo que se está haciendo.”

Nadie hará de salvador

Panel of speakers at Airspace World

Dentro de la misma mesa redonda, Markus Klopf, responsable de la cartera de gestión de tráfico aéreo y asuntos internacionales de Frequentis, ha destacado que “la IA es como un asistente personal”, y ha añadido que su empresa lleva décadas implicada en proyectos relacionados con ella, pero que “no ha empezado a llamarla IA hasta hace poco”.

Klopf considera que dicha tecnología podría aumentar la eficiencia del sector e incrementar la seguridad, pero advierte de que, en su opinión, “sólo puede aumentar la automatización hasta cierto nivel. Aún no estamos preparados para una automatización total, en la que la IA lo haga todo.”

“Obviamente, la investigación va en esa dirección, pero en la vida real y cotidiana se trata de apoyar a los controladores [aéreos].”

Algunas de las aplicaciones que Frequentis está estudiando son el uso de IA para analizar flujos de datos, acelerar la detección de fallos y detectar patrones que “los humanos no suelen reconocer”.

También ha exhibido el impacto que puede tener la IA en la mejora de la comunicación por voz, ya que “los pilotos y controladores se comunican mucho, y hay mucho en esas comunicaciones que se puede analizar para que contribuya al sistema de automatización”.

Con todo, ha advertido de que “la mala noticia es que la IA no salvará la gestión del tráfico aéreo”, y ha añadido que hay problemas en el sector con los que “puede ayudar, pero sin resolverlo todo”.

Como cabía esperar en un sector con elevadísimos requisitos de seguridad, se ha hecho referencia frecuente a normas y reglamentos, sobre todo en lo que respecta a IA generativa y sistemas de aprendizaje automático.

Anna von Groote (en la foto de la izquierda), directora general del organismo de estandarización The European Organisation for Civil Aviation Equipment (EUROCAE), ha manifestado un gran optimismo sobre el potencial de dicha tecnología y ha destacado que “la multitud de aplicaciones de la IA” la “han sorprendido una y otra vez”.

Director General of The European Organisation for Civil Aviation Equipment, Anna von Groote, speaks at an industry event

Ha añadido que el EUROCAE empezó a estudiar dicha materia con su grupo de trabajo en 2019 y ahora evalúa los requisitos. “Contamos con que los estándares hagan que el ecosistema de ingeniería sea más sólido y compatible, y complementen de verdad este desarrollo de la IA, que va desde la innovación hasta el mercado”.

Mark Cooper, vicepresidente y director de Innovación Tecnológica de la firma canadiense Nav Canada, proveedora de sistemas de aviación civil, ha afirmado que “la IA es un verdadero enigma para nosotros”.

Ha añadido que “la IA no salvará el mundo, pero tampoco podemos ignorarla. Contamos con un gran número de sistemas heredados, pero no podemos ignorar las ayudas a la productividad y beneficios que conlleva”.

“Queremos adoptar la IA y una de nuestras primeras tareas consiste en estudiar las correspondientes políticas, para saber qué hacemos y cómo trabajaremos con ella.”

A lo grande

Pero, en lo que respecta a la IA generativa, la atención se ha centrado en casos de uso que no entrañan funciones clave, a pesar de que se hayan realizado diversas sesiones sobre el potencial de los grandes modelos lingüísticos (siglas inglesas LLM), porque los niveles de confianza en dicha tecnología aún no son lo bastante elevados.

Amit Ganjoo, consejero delegado y fundador de ANRA Technologies, empresa dedicada a las aeronaves no tripuladas, ha destacado que la IA está limitada por la calidad de los conjuntos de datos. Este es un factor que se suele plantear en la mayoría de los sectores siempre que se discute este tema tan controvertido.

A lo largo de las sesiones, muchos ponentes han tenido cosas buenas que decir sobre las aportaciones de la IA, pero, igual que en muchos otros debates del sector tecnológico, la preocupación no se ha centrado en la capacidad de dicha tecnología, sino en los aspectos de fiabilidad y seguridad de los nuevos sistemas digitales.

En una industria que se presta tanto a las aplicaciones automatizadas y semiautomatizadas, no es de extrañar que las posibilidades de la IA susciten un gran entusiasmo. Pero, a la vista del trabajo que aún queda por hacer, quizá tenga que pasar mucho tiempo antes de que los ordenadores –para bien o para mal– asuman el control absoluto en los cielos.