Hace poco asistí a una conferencia sobre cable celebrada en Londres (Cable Next-Gen Europe), que aparte de informar sobre los desarrollos más recientes en el sector del cable aportó ciertas ideas sobre las perspectivas del cable y de la 5G.

En los debates aparecieron varios temas clave, como por ejemplo la innovación cada vez más acelerada que estamos presenciando en el mercado del cable, porque la modernización de las redes tendrá como efecto que la conectividad de gigabits se haga realidad. La modernización de las redes de cable depara tanto oportunidades como desafíos a las operadoras móviles que empiezan a desplegar redes 5G.

La experiencia en los hogares cuenta

Las operadoras de cable son cada vez más conscientes de que ya no basta con asumir que la red termina donde empiezan los hogares, sino que hay que entender lo que ocurre dentro del propio hogar.

Si no avanzan por dicho camino, se corre el riesgo de que la desconexión ya existente entre las expectativas de la clientela y el servicio real se vuelva cada vez más grande, porque cada vez hay más dispositivos conectados en el hogar, y las velocidades de red que se prometen son cada vez más grandes (se están lanzando ofertas de 1 GB tanto en Estados Unidos como en Europa). Por ello se incluyen soluciones como Mesh Wi-Fi en la cuota mensual.

Existen otras opciones, como las comprobaciones previas a la instalación y las soluciones de software que podrían ayudar al usuario a resolver mejor los problemas de interferencias en el hogar.

Como siempre, la industria de telefonía móvil encontrará tanto oportunidades como desafíos.

La cobertura en interiores ya plantea problemas a muchos usuarios de teléfono móvil, tanto en el hogar como en la oficina y en instalaciones de ocio. Probablemente, dichos problemas se multiplicarán con la 5G, porque esas redes usarán espectro de frecuencia más elevada. En particular, las características de propagación del espectro de ondas milimétricas (mmWave) platearán retos, aunque por ahora no se haya prestado mucha atención a la cobertura 5G en el interior de edificios. Por lo que respecta a las soluciones de FWA (siglas inglesas de acceso fijo inalámbrico), algunas de las cuales competirán con el cable, la llegada de la señal al hogar será tan solo una parte del reto. Han aparecido las primeras ofertas comerciales y uno de los elementos clave de dichas ofertas tendría que ser la garantía de que se dispondrá de una cobertura adecuada dentro del hogar.

Fibra, fibra y más fibra

La conferencia ha recordado, muy oportunamente, que las velocidades de las redes de la industria de telecomunicaciones son cada vez más elevadas, tanto si provienen de la versión más reciente de DOCSIS (3.1) como de las nuevas redes ampliadas de fibra. Como se ha observado, las operadoras de cable ya tratan de comercializar servicios de 1 GB, mientras que el DOCSIS 3.1 full duplex promete velocidades simétricas de gigabits y tasas de datos de hasta 10 GB, que podrán hacerse realidad a medida que la fibra se implante con mayor profundidad en la red.

Las operadoras de cable imitan a las operadoras de telecomunicaciones tradicionales al desplegar más fibra. También lo están haciendo un número cada vez mayor de entidades de otros ámbitos, como empresas de servicios, municipios y firmas de capital privado, que construyen redes de fibra en muchas regiones. Cabe preguntarse si nos enfrentaremos a un nuevo exceso de banda ancha, como el que surgió a finales de los años noventa, cuando la abundancia de capital barato favoreció la proliferación de redes de fibra tanto urbanas como de larga distancia. Aunque dicha cuestión supere los límites de este blog, merece la pena recordar que la oferta y la demanda no siempre avanzan al mismo ritmo.

Una cuestión más inmediata es la que nos plantea el entorno competitivo en el que se lanzarán los servicios 5G. La banda ancha móvil mejorada (conocida por las siglas inglesas eMBB) es uno de los casos de uso iniciales clave de las redes 5G. Ofrece tasas de datos más elevadas a los usuarios finales e incrementos en la capacidad de las redes. Con todo, el entorno de mercado plantea un desafío a las operadoras móviles que es tanto comercial como de carácter práctico: cómo posicionar la 5G en el contexto de otras soluciones de conectividad de gigabits y no prometer velocidades que luego no se hagan efectivas, por lo menos en las primeras fases de la implantación de redes.

Ensamblar todas las piezas

En una de las sesiones más interesantes se ha planteado si la 5G es amiga o enemiga. El tono general de la sesión ha combinado pragmatismo y un sano realismo. Una de las operadoras de cable, que dispone de red móvil propia, ha observado que los lanzamientos de 5G que se producirán en su mercado hasta el 2020 se deberán sobre todo a cuestiones de marketing y responderán a los movimientos de sus competidoras domeśticas.

Por lo general, predomina el punto de vista de que por lo menos en una primera fase será difícil que el FWA 5G compita con las redes de fibra ya instaladas y con el cable modernizado, porque la concesión de licencias sobre espectro todavía se halla en sus primeras etapas y la tecnología aún está evolucionando. Con todo, el desafío podría volverse más grave con el paso del tiempo, sobre todo porque la tecnología evoluciona y, específicamente, la conformación de haces y el MIMO masivo incrementan el ancho de banda que puede llegar a los hogares.

La gama cada vez más amplia de configuraciones de fibra que hemos destacado más arriba también brinda oportunidades para la colaboración. A medida que las operadoras de cable implantan fibra con mayor profundidad en sus redes, se plantea la oportunidad de ofrecer a las operadoras de telefonía móvil servicios mayoristas con soluciones tanto de Fronthaul como de Backhaul, y también capacidades de computación que pueden ser punteras. La densificación de las redes y el crecimiento actual en el tráfico de datos van a incrementar el número de emplazamientos celulares y exigirán actualizaciones de capacidad de Backhaul, y la fibra será la solución de Backhaul más efectiva. Si bien los participantes en la mesa redonda han reconocido que a día de hoy ni las redes ni los modelos de negocio están a punto, es evidente que sí existe una oportunidad de colaboración futura.

Aunque se haya debatido mucho la rivalidad entre el cable y la 5G, las conversaciones han apuntado a un aliciente común para todos los que se hallan en el ecosistema de la banda ancha. Las velocidades de red más elevadas, tanto si se trata de telefonía fija como móvil, posibilitarán la aparición de una gama de servicios nuevos e innovadores.

En el segmento de consumo, abarcan desde el contenido 4K en streaming hasta los juegos en línea y el potencial de la RA y RV. Por otra parte, la fibra con capacidad de gigabits también hace posible una gama de nuevos servicios en el ámbito empresarial.

Todas las operadoras de telecomunicaciones deben plantearse una cuestión más importante, con independencia de cuál sea su red subyacente. Tienen que dejar atrás un modelo de negocio centrado en la conectividad y obtener una mayor porción de los ingresos generados por los servicios ya mencionados. Las operadoras de todo el sector de telecomunicaciones quieren rebajar los costes operativos mediante la actualización de las redes, pero no se alcanzará la sostenibilidad tan solo mediante la reducción de gastos.

– David George, director de consultoría, GSMA Intelligence

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