En la Semana de China celebrada este año por la GSMA, diversos representantes de industrias tecnológicas, medios de comunicación y telecomunicaciones se han encontrado en Beijing con el objetivo de intercambiar ideas y debatir, y reflexionar sobre nociones clave aparecidas en el MWC19 Barcelona.

Si bien no he podido asistir en persona, el citado acto también ha sido escenario de la culminación de uno de mis proyectos recientes, porque ha servido como marco para la presentación del informe Mobile Economy China 2019 de GSMA Intelligence (GSMAi). En dicho informe discutimos cuestiones importantes para el ecosistema más amplio de la telefonía móvil en China, como por ejemplo la situación financiera de las operadoras, la 5G, el comercio electrónico, las cadenas de bloques y la IA.

Los consumidores de telefonía móvil han contribuido a crear un gigantesco mercado digital. Los usuarios chinos son entusiastas de las redes sociales y muchos de ellos utilizan aplicaciones de mensajería basadas en IP. Hoy en día, más de 1.000 millones de personas usan a diario el WeChat de Tencent. Además, China conoce una de las mayores concentraciones de entusiastas del comercio electrónico que se encuentran en todo el mundo. Según la más reciente Encuesta a los Consumidores de GSMAi, el 69% de los propietarios de smartphones utiliza el dispositivo todos los meses para adquirir bienes o servicios en línea, y un 16% adicional lo hace con menos frecuencia.

Con todo, lo más significativo es que la íntima relación entre el consumismo y el smartphone ha transformado a China en una superpotencia en transacciones contactless. Las principales aplicaciones móviles suelen consistir en plataformas multipropósito, ofrecen reserva de billetes y juegos, e incorporan servicios de monedero digital (por ejemplo, Alipay y WeChat Pay), que ahora ya se aceptan en la mayoría de las tiendas físicas. Un 81% de los propietarios de smartphones utiliza el dispositivo en pagos móviles contactless por lo menos una vez al mes. Se trata de una proporción sustancialmente más elevada que la que encontramos en algunos mercados avanzados en el terreno digital (ver el gráfico abajo, hacer clic para ampliar).

Como consecuencia, China es ahora el mercado de comercio electrónico B2C más importante del mundo entero, con una facturación de 1,7 billones de yuanes (unos 225.547 millones de euros) en  2017 y una tasa de crecimiento anual del 30%. El Día del Soltero (Guanggun Jie), que se celebra el 11 de noviembre es el día del año en el que los consumidores chinos efectúan un mayor volumen de compras en línea. Las ventas superan a la suma del Viernes Negro y del Ciberlunes.

El primero en adoptarlo fue Alibaba en el 2009. En el Día del Soltero de 2018 llegó a ingresar 213.500 millones de yuanes (unos 28.323 millones de euros) mediante su plataforma de comercio electrónico.

Podemos prever que el crecimiento en el tráfico de datos móviles impulsará la utilización de plataformas de pagos en línea y promoverá el desarrollo del comercio digital chino. Más en concreto, la difusión del smartphone en áreas rurales y la llegada de servicios 4G a las comunidades más remotas implicará que se realicen más transacciones por este medio, lo que también comportará beneficios en términos de inclusión social, económica y financiera.

La conectividad inalámbrica de banda ancha permite la digitalización sectorial, lo que puede incrementar la eficiencia y la productividad, y tener efectos positivos en la economía en general.

Hacia una posición dominante en IA para el 2030

Ahora que la comunicación basada en IP, redes sociales y comercio electrónico ya está sólidamente instalada en los hábitos de los consumidores de telefonía móvil, el gobierno persigue otros objetivos. Quiere integrar la IA en el tejido mismo de la sociedad china. Entiende que la IA es una tecnología de importancia estratégica para la revigorización de las industrias tradicionales y para la prosperidad futura del país. En el 2017, China publicó un Plan de Desarrollo de Inteligencia Artificial de la Próxima Generación en tres fases. Dicho plan reconoce la necesidad de empezar por igualarse con Estados Unidos La segunda fase tiene como principal objetivo elaborar legislación y poner en práctica aplicaciones revolucionarias de la IA en varios sectores para el 2025. A continuación, China tratará de ser líder mundial en IA durante un tercer período de cinco años.

A la luz de dicha iniciativa, las firmas tecnológicas chinas están contratando personal y efectuando cuantiosas inversiones en IA. Pensemos en una serie de ejemplos notables:

  • Baidu quiere desarrollar y comercializar la IA en varias industrias verticales, como por ejemplo en el proyecto de vehículos autónomos Apollo.
  • Alibaba también trabaja a través de Damo Academy –su división de I+D– para producir sus primeros chips y procesadores cuánticos propios para IA.
  • Una de las principales prioridades de Tencent en IA es la atención médica. Está utilizando datos en el perfeccionamiento de algoritmos de IA para el desarrollo de asistentes médicos virtuales.

Las operadoras de telefonía móvil de China también reconocen la importancia estratégica de la IA para futuros negocios y transformación digital, así como para impulsar redes autónomas e inteligentes. China Mobile y Nokia están investigando el uso de IA y aprendizaje automático para garantizar la seguridad y fiabilidad de las redes 5G. China Telecom colabora con Nokia e Intel en el desarrollo de una red en la nube con soporte de IA, que se utilizaría para ofrecer servicios en el mercado de masas con una latencia extremadamente baja, mientras que China Unicom dirige por delegación la Alianza de Desarrollo Industrial de IA de China.

El gobierno alberga la esperanza de que todas estas inversiones y asociaciones cooperen en la creación de una industria nacional que para 2030 alcance el valor de 1 billón de yuanes (unos 132.660 millones de euros). Pero a medida que las aplicaciones de IA se multiplican y la tecnología madura surgen posibles problemas. La tecnología de reconocimiento facial suscita temores relacionados con la privacidad y el control de las personas, mientras que los coches autónomos plantean cuestiones sobre la distribución de responsabilidades entre los seres humanos y los algoritmos.

Dichas preocupaciones no afectan tan solo a China y exigirán que todos los países estudien la dimensión ética de la IA, un área en que la Unión Europea ya está efectuando progresos. Como el impacto de la IA se va a sentir en todo el mundo, todos los miembros del ecosistema mundial de telefonía móvil tienen que coordinarse y colaborar para que unos valores y un marco de gobernanza adecuado ocupen el centro del debate sobre dicha tecnología.

 – James Robinson – Analista sénior, GSMA Intelligence

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