AT&T ha hecho pública su intención de comprar Time Warner mediante un acuerdo que comportará el pago de una monumental suma de 85.400 millones de dólares (unos 78.500 millones de euros) en efectivo y acciones. Se trata de una de las adquisiciones de empresas de telecomunicaciones más importantes de la historia, que podría situar a la segunda operadora de telefonía móvil de los Estados Unidos en una posición muy ventajosa dentro de la industria de los medios de comunicación y entretenimiento.

De acuerdo con lo previsto, AT&T pagará 107,5 dólares (unos 98,75 euros) por acción. En el 2014, Time Warner rechazó una oferta de 85 dólares (unos 78 euros) por acción proveniente de 21st. Century Fox, que valoraba la empresa en más de 75 millones de dólares (unos 69 millones de euros).
Durante unos días corrieron rumores en torno a esta adquisición y ahora es oficial. Eclipsa a la adquisición de DirecTV por la misma operadora, que en julio de 2015 compró la mencionada empresa proveedora de TV por satélite por un precio de 48.500 millones (unos 44.500 millones de euros). Así mismo, AT&T declaró en mayo que pensaba adquirir Quickplay Media.

La compra tiene lugar en un momento en el que AT&T trabaja para poder lanzar antes de que termine el año un servicio OTT llamado DirecTV Now, y demuestra que AT&T aspira a suministrar contenidos, y no solo conexiones de red, tanto por cable como móviles.

Marcas importantes y variedad de contenidos
Time Warner produce contenido de pago a través de tres importantes filiales: HBO, Turner y Warner Bros. Time Warner también ha invertido en OTT y en medios digitales como Hulu, Bleacher Report, CNN.com y Fandango. A diferencia del acuerdo sobre DirecTV, la adquisición de Time Warner permitiría que AT&T dispusiera de contenido y programación original propios, y reforzaría mucho a la empresa en la pugna con su rival (algo) más grande, la operadora de telefonía móvil Verizon.

El comunicado oficial de AT&T destaca la importancia de Time Warner como líder mundial en la creación de contenido de calidad, ya que cuenta con los estudios de cine y televisión más importantes del mundo y con un gigantesco fondo de productos de entretenimiento. La operadora, por su parte, puede alardear de su distribución directa de servicios a sus clientes, que abarca televisión, telefonía móvil y banda ancha en los Estados Unidos, telefonía móvil en México y televisión en América Latina.

El acuerdo supone una importante amenaza contra los proveedores de televisión por cable estadounidenses. AT&T dispone de una red móvil que alcanza a más de 315 millones de personas en los Estados Unidos y lucha por erigirse en principal proveedora de servicios móviles en dicho país, y aspira a competir a escala nacional con las firmas de televisión por cable en la provisión de paquetes de servicios de vídeo y banda ancha para móvil.
AT&T considera que un modelo de negocio con dos caras -publicidad y suscripción- ayudará a costear la elaboración del contenido.

Randall Stephenson, presidente y consejero delegado de AT&T, afirma que “las dos empresas formarán una pareja perfecta, porque disponen de recursos complementarios con los que podrán buscar nuevas maneras de relacionarse con clientes, creadores de contenido, distribuidores y anunciantes. El contenido de alta calidad siempre triunfa. Esta norma se ha cumplido en la gran pantalla, también en la pantalla del televisor, y dentro de poco se cumplirá también en la pantalla del móvil. Vamos a disponer de los contenidos de calidad más elevada que se puedan encontrar en todo el mundo y disponemos de las redes para hacerlos llegar a todas las pantallas. Una de las principales molestias que sufren los clientes es la de pagar por contenidos, pero no poder acceder a ellos con todos los dispositivos ni en todos los lugares. Nuestro objetivo es solucionar ese problema.”

Y añade que “unos contenidos excelentes permiten crear unos servicios de vídeo diferenciados de verdad, con independencia de que los destinemos a televisión, OTT o móvil. Nuestra distribución de televisión, móvil y banda ancha, así como nuestra relación directa con los clientes, nos dan acceso una visión privilegiada con la que podemos ofrecer publicidad personalizada y contenido hecho a medida. Buscamos un enfoque integrado y pensamos que este es el modelo que se impondrá en el futuro.”

Stephenson dirigirá la nueva firma. Jeff Bewkes, máximo directivo de Time Warner, permanecerá en ella por un período transitorio tras el cierre del acuerdo.

El rol cambiante de las operadoras
Verizon, la empresa rival de AT&T, también copó los titulares en su momento con la adquisición de AOL por 4.400 millones de dólares (unos 4.050 millones euros), que tuvo lugar en el 2015. También planea la compra de Yahoo. Esa estrategia está enfocada a la construcción de un negocio publicitario digital, más que a la creación de contenido multimedia (si bien Verizon ha adquirido empresas de medios menos conocidas, que cuentan con decenas de millones de jóvenes seguidores, como pueden ser Complex Media y Awesomeness TV, que distribuye por medio de su aplicación de vídeo para móvil go90).

La noticia de hoy refleja los cambios a los que se enfrentan tanto AT&T como Verizon en el mercado del móvil estadounidense. Tienen millones de abonados que pagan cada mes por utilizar sus redes para compartir fotografías, ver vídeos y explorar las redes sociales. Pero ahora que la mayoría de los estadounidenses posee un smartphone y el mercado está saturado, las grandes operadoras se han quedado sin vías para impulsar su propio crecimiento, por lo que se ven obligadas a apartarse de su actividad básica en telecomunicaciones y diversificarse. Por otra parte, AT&T y Verizon se enfrentan a la competencia cada vez más fuerte de las dos operadoras que ocupan el tercer y el cuarto lugar, respectivamente T-Mobile y Sprint.
Algunos críticos afirman que las actividades de Time Warner tienen su base en activos cuyos ingresos derivan de las suscripciones, como es el caso de HBO, y que dicho enfoque es arriesgado en un momento en el que los usuarios rehuyen las ataduras. Pero AT&T argumenta que la transacción supondrá un valor financiero muy positivo para la empresa. Cuenta con alcanzar los 1.000 millones de dólares (unos 920 millones de euros) en sinergias de costes al cabo de tres años del cierre del acuerdo. AT&T añade que la empresa cuenta con que la deuda neta en relación con el EBITDA ajustado se halle en la franja del 2,5x a finales del primer año a partir del cierre.

La otra cara de la moneda es que los analistas consideran que esta maniobra podría inducir a Comcast, una firma de televisión por cable estadounidense (que en años recientes ha comprado NBC Universal y Dreamworks, y ahora tiene que competir con una AT&T que se ha vuelto más potente) a intentar la adquisición de una operadora de móvil.

Las regulaciones pueden obstaculizar la operación

Es probable que la unión entre AT&T y Time Warner tenga que someterse a un severo examen por parte de los organismos reguladores, cada vez más escépticos en cuanto a las grandes fusiones. Tras comprar DirecTV, AT&T ya es la operadora de televisión de pago más importante de los Estados Unidos.

Donald Trump, el candidato republicano a la presidencia, afirmó el día 22 de octubre en Gettysburg que bloquearía el acuerdo en caso de resultar elegido. Según dijo, la adquisición “concentraría demasiado poder en manos de AT&T”.

Por otra parte, Hillary Clinton dijo hace poco durante un mitin en Toledo, Ohio, que reforzaría los reglamentos antimonopolio y sometería las fusiones y adquisiciones a una supervisión eficaz.

Los legisladores estadounidenses ya contemplan con preocupación el acuerdo de 30.000 millones de dólares (unos 27.590 millones de euros), aprobado en enero de 2011, por el que la firma de televisión por cable Comcast adquirió NBC Universal y creó un coloso en su sector. Y debemos tener en cuenta que AT&T también tendrá que ganarse la aprobación de los accionistas de Time Warner. A pesar de todos estos obstáculos, AT&T confía en que la transacción quedará formalizada antes de que finalice 2017.

Resultados del tercer trimestre
La noticia de la adquisición más importante que podría producirse este año ha espoleado a AT&T a adelantar tres días la presentación de sus resultados para el tercer trimestre.

Los detalles han sido escasos. La empresa declara que sus ingresos, sobre todo como consecuencia de la compra de DirecTV, han subido en un 4,6% hasta situarse en los 40.900 millones de dólares (unos 37.600 millones de euros), y los beneficios netos han ascendido un 11,2% hasta alcanzar los 3.330 millones de dólares (unos 3.060 millones de euros), frente a los 3.000 millones (unos 2.760 millones de euros) del año anterior. Con todo, los ingresos procedentes de la telefonía móvil han descendido un poco, desde los 18.300 millones de dólares (unos 16.830 millones de euros) del tercer trimestre de 2015 hasta los 18.200 millones de dólares (unos 16.735 millones de euros) del actual. Y además, ha perdido 268.000 usuarios de telefonía sin cable ordinaria a lo largo del mismo período, lo que se puede aducir como prueba de que la firma tiene que diversificarse y no depender tan solo de dicho sector.

A finales de junio se creía que la deuda de AT&T se estimaba en torno a los 120.000 millones de dólares (unos 110.380 millones de euros) tras la adquisición de DirecTV y los 18.000 millones de dólares (unos 16.560 millones de euros) gastados en una subasta de espectro. Aunque disponga de 7.200 millones de dólares (unos 6.620 millones de euros) de efectivo, afirma que la parte del precio de adquisición que abonará en dinero (42.700 millones de dólares, unos 39.280 millones de euros) en el marco del megaacuerdo se financiará con nueva deuda y con dinero en la hoja de balances. AT&T dice contar con un compromiso de 18 meses por un préstamo puente a plazo suscrito sin garantías de 40.000 millones de dólares (unos 36.800 millones de euros).