Microsoft y Activision Blizzard han acordado prorrogar la fecha de cierre de la adquisición del editor de juegos, a fin de solventar los problemas reglamentarios aún pendientes.

Las empresas han ampliado el plazo del 18 de julio al 18 de octubre, con un incremento de las penalizaciones por ruptura si la operación no se lleva finalmente a término.

De no obtener una prórroga, Microsoft podría haberse enfrentado a una penalización de 3.000 millones de dólares (más de 2.700 millones de euros).

Dicho importe se incrementará ahora a 3.500 millones de dólares (más de 3.100 millones de euros) si ambas empresas rescinden la operación antes del 29 de agosto, y a 4.500 millones de dólares (unos 4.000 millones de euros) si no se cumple la fecha establecida a mediados de setiembre.

El consejo de administración de Activision Blizzard ha acordado pagar un dividendo de 99 céntimos por acción a los accionistas de la empresa en un intento de obtener su aprobación para el acuerdo.

Brad Smith, presidente de Microsoft, ha indicado en un tuit que la modificación del plazo le permite “centrarse en un tratamiento adecuado y exhaustivo de los requisitos legales vigentes en el Reino Unido, al tiempo que cumple plenamente sus obligaciones en toda la UE”.

En paralelo, Microsoft negocia obtener la aprobación del acuerdo por parte de las autoridades de Estados Unidos y el Reino Unido.