Google ha prometido que la próxima versión de su sistema operativo Android facilitará a los usuarios la descarga de aplicaciones desde tiendas de terceros y ha anunciado que aplicará una directriz que exigirá a los desarrolladores que utilicen el sistema de facturación de la Play Store.

Sameer Samat, vicepresidente de Gestión de Productos de Google, afirma en el blog de la empresa que Android “siempre ha permitido obtener aplicaciones en múltiples tiendas” y añade que dicha “apertura significa que, aun en los casos en que un desarrollador y Google no se pongan de acuerdo sobre los términos comerciales, el desarrollador puede seguir distribuyendo su producto en la plataforma Android”.

Pero explica que Google, en respuesta a los comentarios de los desarrolladores, introducirá cambios en Android 12, cuyo lanzamiento se prevé para 2021, a fin de simplificar aún más el acceso a canales de distribución alternativos, “teniendo cuidado de mantener las medidas de seguridad presentes en Android”.

Los comentarios llegan después de anunciar Samat que la empresa aplicaría una directriz que requiere que “todos los desarrolladores que vendan productos digitales en sus aplicaciones” utilicen el sistema de facturación de Google Play. Dicha norma es de cumplimiento obligatorio para todas las aplicaciones que se lancen a partir del 20 de enero de 2021, mientras que las ya existentes contarán con un plazo de adaptación que expirará el 30 de septiembre de 2021.

Samat arguye que la directriz se aplica a menos del 3% de los desarrolladores, la gran mayoría (97%) de los cuales ya usa la facturación de Google Play.

Añade que Google permite a los desarrolladores informar a los clientes sobre “precios, ofertas y alternativas de pago” fuera de Google Play, siempre que la comunicación se realice por correo electrónico u otro canal exterior a la aplicación.

Recientemente, tanto Google como Apple han sufrido críticas contra las normas que rigen en sus respectivas tiendas de aplicaciones, sobre todo por parte de Epic Games, la empresa de Fortnite, que ha demandado a ambas firmas en el marco de una disputa sobre facturación.

El organismo regulador australiano ha añadido presión a principios de setiembre y ha lanzado una investigación sobre el mercado de aplicaciones móviles.