Huawei ha defendido su estructura de propiedad y ha reiterado que la titularidad de la empresa no corresponde al Estado, a pesar de las nuevas acusaciones referidas a su composición y a supuestas conexiones con el gobierno chino.

Jiang Xisheng, secretario en jefe del consejo de administración de Huawei, ha tratado de responder a varias afirmaciones que se han vertido en fecha reciente, pero su intento de clarificar una estructura corporativa sumamente complicada y negar todo tipo de conexión directa o indirecta con el gobierno chino parece haber planteado más preguntas que respuestas.

Para empezar, ha reiterado que Huawei pertenece en un 100% a una sociedad de cartera y que el 99% de ésta obra en poder de un comité sindical. Ren Zhengfei, fundador y consejero delegado de la firma, posee el otro 1%. Jiang ha declarado que ningún organismo gubernamental ni organización externa tiene acciones ni ningún medio de control sobre la firma.

Ha afirmado que “no hay capital gubernamental en Huawei”.

En un informe publicado a mediados de abril, dos profesores universitarios radicados en Estados Unidos pusieron en duda que la empresa pertenezca en exclusiva a los empleados.

Separación absoluta

Jiang ha explicado que el sindicato de la empresa se creó y actúa de acuerdo con las leyes del país, y que un plan de distribución de acciones entre los empleados creado por dicho organismo también es conforme a la legalidad vigente.

Ha insistido en que el sindicato y el programa de participación de los empleados funcionan de manera separada e independiente entre sí.

Pero después, en una ronda de preguntas y respuestas, ha reconocido que el comité sindical de Huawei (en el que reside la gobernanza de la empresa) está vinculado a la organización estatal de sindicatos.

Ha aclarado que, si bien Huawei abona las cuotas debidas a la organización sindical local del Estado en Shenzhen, su participación en dicho organismo se limita a actividades de registro, pago de cuotas de afiliación y supervisiones anuales, y ha añadido que no le consta “ninguna relación con la Federación de Sindicatos de China”.

Para complicarlo todavía más, el sindicato también dispone de una comisión de representantes a través de la que “cumple con las responsabilidades de los accionistas y ejerce los derechos de estos”. Es el organismo con mayor poder decisorio dentro de la empresa y elige a los miembros del consejo de administración y el consejo supervisor.

Al parecer, el papel del sindicato no es el mismo que el de organismos análogos en los países occidentales y más bien consiste en ratificar las decisiones de la comisión.

Poder de veto del fundador

Preguntado sobre un presunto poder de veto de Ren sobre las decisiones adoptadas por el consejo de administración de Huawei y por la sociedad de cartera, Jiang ha respondido que, si bien el fundador “puede ejercer el veto sobre ciertas cuestiones de importancia, existen otras sobre las que no tiene ninguna autoridad. Influye en el rumbo de la firma, no mediante su poder de veto, sino porque nos comunica sus ideas y comparte su filosofía.”

En una inusitada comparecencia ante los medios de comunicación, Ren abordó a mediados de enero los crecientes recelos que suscita el equipamiento de Huawei y declaró que el gobierno chino jamás ha solicitado a su firma que le entregue los datos de un cliente, ni le ha exigido que instale “puertas traseras” en sus productos.

La rueda de prensa en la que se ha hablado de la estructura de propiedad de Huawei ha tenido lugar un día después de que el gobierno del Reino Unido autorizara al proveedor a participar en los despliegues de la 5G.