Google se ha defendido de las acusaciones vertidas por The Wall Street Journal (WSJ), según las cuales desarrolladores de aplicaciones externos tienen acceso a las comunicaciones de personas que usan el servicio de correo electrónico de la empresa.

Si bien Google anunció hace un año que dejaría de examinar los buzones de correo de los usuarios de Gmail con el fin de personalizar la publicidad, el citado periódico informa de que la firma ha permitido que cientos de desarrolladores de software siguieran haciéndolo.

El WSJ asegura que “Google apenas si controla a dichos desarrolladores, que instruyen a sus ordenadores –y en algunos casos a sus empleados– para que lean los correos de los usuarios”.

Pero Suzanne Frey, directora de la división de Seguridad, Confianza y Privacidad de Google Cloud, ha replicado en el blog de la firma que “un floreciente ecosistema de aplicaciones no procedentes de Google permite que el usuario tenga la posibilidad de elegir y que pueda sacar el máximo rendimiento de su correo electrónico”.

Explica que antes de que una “aplicación publicada no proveniente de Google” pueda acceder a los mensajes de correo de Gmail “pasa por un proceso de revisión en varias etapas que incluye una supervisión automatizada y manual del desarrollador, una valoración de la política de privacidad y de la página web de la aplicación para garantizar que esta sea legítima, y pruebas con la propia aplicación para estar seguros de que funciona como dice funcionar”.

Frey añade que los usuarios insatisfechos pueden acceder a su propia configuración para ver qué permisos se han concedido a aplicaciones que no son de Google, y revocarlas si les parece oportuno.