EN VIVO DESDE WEB SUMMIT 2021: Simon Segars (en la foto), consejero delegado de Arm, ha explicado que no será fácil solucionar la escasez mundial de chips y ha pronosticado que los problemas actuales con la cadena de suministro se prolongarán hasta bien entrado el año 2022.

El directivo de Arm señala que la industria está gastando 2.000 millones de dólares (unos 1.727 millones de euros) semanales para ampliar sus capacidades y prevé que dicha inversión genere un crecimiento del 50% en cinco años.

Segars explica que los déficits de producción en Asia y las tensiones geopolíticas empujan a los fabricantes de chips a construir fábricas en otros lugares. Con todo, advierte que esta no es una solución segura.

“No basta con construir fábricas.”

“Se necesitan materias primas, productos químicos. En la producción de semiconductores interviene toda la tabla periódica.”

El directivo también ha enumerado una serie de actividades “derivadas”, necesarias para la producción de semiconductores, como la verificación, el encapsulado y la distribución.
Según Segars, una inversión en fábricas nuevas que no tuviera en cuenta el mercado en su conjunto podría resultar contraproducente.

“¿Y si, por accidente, nos cargáramos la industria con esto?”, ha preguntado al público. “Tenemos que hacerlo bien”.

Segars afirma que “una mejor colaboración entre todos los que forman parte de la cadena de suministro” ayudará a paliar la escasez, y pronostica que “las limitaciones se habrán suavizado, pero no habrán desaparecido por completo” a finales de 2022.

El directivo de Arm también señala que la Covid-19 ha provocado que el centro de interés ya no sea la industria automotriz, sino los sistemas que ayudan en el teletrabajo y la escolarización.

Segars manifiesta su optimismo sobre el papel de los dispositivos conectados en la resolución de problemas mundiales. Así, por ejemplo, pueden advertir a los organismos encargados de la protección de las junglas sobre una tala ilegal.