Apple ha incrementado sustancialmente el número de ubicaciones donde los usuarios pueden reciclar sus iPhones antiguos y ha abierto un laboratorio de recuperación de componentes, en el marco de una estrategia de reutilización de materiales en dispositivos nuevos.

La firma se ha asociado con la cadena Best Buy con el objetivo de cuadruplicar el número de puntos de reciclaje en Estados Unidos. Por otra parte, los usuarios neerlandeses podrán devolver dispositivos en las tiendas minoristas de KPN. También continuará la posibilidad de entregar los dispositivos en las tiendas de Apple.

Lisa Jackson, vicepresidenta de Iniciativas Medioambientales, Políticas y Sociales de Apple, afirma en una declaración que su firma espera que las nuevas facilidades para el retorno de dispositivos produzcan un incremento en las devoluciones de estos. Explica que “el reciclaje avanzado tiene que ser una parte importante de la cadena de suministro de productos electrónicos”.

Un robot llamado Daisy se encarga de procesar los iPhones antiguos. Según Apple, es capaz de desmontar hasta 15 modelos distintos a una velocidad de 200 unidades por hora, alcanzando un total de 1,2 millones de dispositivos por año. La empresa explica que los planes de incentivos están dado frutos y que en el año 2018 se ha evitado que más de 48.000 toneladas de desechos electrónicos llegaran al vertedero de basura.

Apple manifiesta su interés por incrementar el volumen de materiales de reciclaje que se utilizan en la producción de nuevos teléfonos y dice ocupar el primer puesto en la recuperación y reutilización del cobalto de las baterías usadas de iPhone. Con todo, es posible que no se guíe por el mero altruismo. En febrero de 2018, Bloomberg informaba de que Apple está preocupada por el suministro de cobalto, debido a la creciente demanda de vehículos eléctricos.

La firma estadounidense también ha abierto en Texas un nuevo laboratorio de recuperación de materiales de casi 900 metros cuadrados de superficie, en el que investigará futuros procesos de reciclaje.

Más específicamente, estudiará el uso de la robótica y del aprendizaje automático para mejorar las técnicas actuales de desmontaje, clasificación y destrucción.