Se prevé que los ingresos por itinerancia de datos alcanzarán los 31.000 millones de dólares (unos 26.000 millones de euros) en todo el mundo para el año 2022, tras un declive inicial causado por las regulaciones de la UE, en el marco de una política que el Parlamento Europeo pretende ampliar a otros países.

En un informe publicado recientemente, Juniper Research prevé que los ingresos por itinerancia de datos se incrementarán por una tasa media anual del 8% entre el 2017 y el 2022.

La empresa afirma que uno de los motores del crecimiento será un incremento en el número de consumidores dispuestos a usar servicios en itinerancia, y que hasta ahora habían evitado la utilización de servicios de telefonía móvil en el extranjero. Juniper pronostica que el uso medio de datos por usuario en itinerancia será de 1 gigabyte a finales del 2020, frente a los 500 megabytes del 2017.

En un estudio anterior aparecido este mismo año, la empresa predecía que las regulaciones -sobre todo en la UE- haría caer la facturación por itinerancia desde los 54.000 millones de dólares (unos 45.000 millones de euros) de 2016 a 48.000 millones de dólares (unos 40.000 millones de euros) en 2017. Las cifras abarcan el gasto en servicios de voz, mensajería y datos en todo el mundo.

La UE mira hacia el este

El informe de Juniper se publica en un momento en que el Parlamento Europeo se plantea la abolición de los cobros por servicios en itinerancia entre los países de la UE, Ucrania, Moldavia y Georgia.

Dicha recomendación será debatida en noviembre, en una reunión sobre la Alianza Oriental concebida para mejorar las relaciones entre los Estados miembros de la UE y los países situados al este de dicho bloque económico.

En un borrador de propuesta publicado en agosto, el Parlamento Europeo esboza la posibilidad de una “abolir los suplementos por itinerancia entre la UE y sus aliados, así como desarrollar la banda ancha de alta capacidad”, a lo que se suma un amplio abanico de medidas complementarias.

Los ingresos por itinerancia en Europa todavía se resienten de las regulaciones introducidas finalmente por la UE en junio después de varios años de disputas legales. Desde la entrada en vigor de dichas medidas, las operadoras del continente advierten de que la política adoptada tendrá un efecto negativo sobre sus beneficios en los futuros informes financieros.