Qualcomm ha replicado a la demanda de Apple y ha acusado al fabricante de smartphones de incumplir acuerdos, efectuar declaraciones falsas ante los organismos reguladores y limitar el rendimiento de los chips de la propia Qualcomm en el iPhone 7.

La empresa ha ejercido una reconvención contra la demanda por valor de 1.000 millones de dólares (unos 940 millones de euros) que Apple presentó en enero ante un tribunal californiano. En dicha reconvención, afirma que Apple ha incitado a los organismos reguladores a actuar contra la firma productora de chips, ha tergiversado los hechos y ha efectuado declaraciones falsas durante las investigaciones.

Don Rosenberg, vicepresidente ejecutivo y asesor jurídico de Qualcomm, declara que Apple ha “lanzado un ataque contra Qualcomm a escala mundial” y que trata de utilizar “su enorme poder de mercado para imponer unas condiciones de licencia injustas e irrazonables”.

La reconvención de Qualcomm defiende las prácticas empresariales de dicha firma y presenta diversas acusaciones contra Apple.

Así, plantea quejas porque Apple no ha querido emprender negociaciones justas sobre licencias y se ha entrometido en las relaciones con licenciatarios de Qualcomm que fabricaban iPhones.

Apple utiliza los chips de módem fabricados por Qualcomm en una parte de sus dispositivos iPhone 7, mientras que en otras versiones del mismo dispositivo se usan chips de Intel.

En su reconvención, Qualcomm declara que Apple limitó deliberadamente el rendimiento del chipset de la propia Qualcomm en el iPhone 7 y ha efectuado declaraciones en las que afirma que no existen diferencias apreciables entre las dos versiones del producto.

Juicio ante jurado

Qualcomm añade que se le ha impedido discutir las especificidades que distinguen el rendimiento de sus chips en los teléfonos. Ha solicitado un juicio ante jurado en el que se valoren sus afirmaciones y aspira a que se desestime la demanda de Apple. Qualcomm también querría cobrar daños y perjuicios por una serie de cuestiones relacionadas con el caso.

Rosenberg afirma que Qualcomm tiene la intención de “defender vigorosamente su modelo de negocio y reafirmarse en su derecho de proteger y recibir un valor justo por sus contribuciones tecnológicas a la industria”.

La demanda de Apple acusaba a Qualcomm de cobrar royalties por tecnologías con las que la empresa no tenía nada que ver y tarifas excesivas por la utilización de estándares de uso general.

En una declaración efectuada en aquel momento, Apple afirmaba que “a pesar de no ser más que una entre más de una docena de empresas que han contribuido a los estándares básicos del celular, Qualcomm insiste en cobrarle a Apple por lo menos cinco veces más que la suma de todos los otros otorgantes de licencias sobre patentes de tecnología celular con los que tenemos acuerdos”.