El Mobile World Congress inaugura este lunes su octava edición en Barcelona, la segunda que se celebra en el recinto Gran Via. Junto a la previsible avalancha de flamantes smartphones y tabletas, que ya comenzamos a vislumbrar ayer con novedades de Acer, Huawei y Firefox, lo más interesante del certamen no son los dispositivos, que suponen sólo una cuarta parte del volumen total de negocio del sector. Repasemos los doce conceptos -no todos tecnológicos- que marcarán el MWC14.

 

1. AOSP, el otro Android. El sistema operativo móvil de Google será tan omnipresente en el MWC como los vehículos de cuatro ruedas en un Salón del Automóvil. Pero sus aplicaciones más interesantes pueden ser las basadas en la variante abierta AOSP (Android Open Source Project), que no está vinculada a los servicios de Google y que impulsa dispositivos tan diversos como los móviles de marcas chinas desconocidas aquí que copan el 30% del mercado mundial de smartphones, las tabletas Kindle de Amazon y, desde hoy, el Blackphone, el smartphone seguro de Phil Zimmermann, y el supuesto Normandy, primer androide de Nokia.

 

2. NFC, comunicación por proximidad. Una de las promesas eternas del sector. Los congresistas del MWC utilizarán teléfonos compatibles con este sistema -o iPhones equipados con la funda NFC que se regala a los asistentes- para acceder al recinto y para intercambiarse tarjetas de visita virtuales. Lo que importa es que cada vez son más los móviles compatibles con NFC y ya resulta viable crear aplicaciones y servicios que utilicen esta tecnología, por mucho que Apple siga resistiéndose a ella.

 

3. Wearables, electrónica para llevar puesta. Probablemente la mayor de las burbujas tecnológicas de este MWC. Todas las grandes marcas -Samsung y Huawei ya comenzaron ayer- lanzarán algún reloj o pulsera complementarios del teléfono, que sirva para cuantificar nuestra actividad física y nuestro estado de salud. Pero ninguno de los vistos hasta ahora -con la probable excepción del Pebble- consigue que me entren ganas de llevarlo puesto todo el día. Eso sí, en el recinto de Fira se desarrollará el Fitbit Challenge, un concurso que premiará cada día al congresista que haya caminado más.

 

4. 4G, mayor de edad. La cuarta generación de telefonía móvil, que es la primera completamente orientada a Internet, ya tiene 260 redes en funcionamiento en 97 países, el doble que en 2012. Cuenta con 200 millones de abonados, cifra que la industria espera quintuplicar en un plazo de cuatro años. En el mercado hay 1.200 modelos de dispositivos compatibles con 4G y en el MWC veremos variantes nuevas como LTE Advanced, para navegar a 300 megabits por segundo, y LTE Broadcast, que pretende resucitar los servicios de TV directa al móvil.

 

5. 5G, el paso siguiente. Probablemente usted todavía no dispone de cobertura 4G, pero en Barcelona ya se comenzará a hablar de las redes móviles de quinta generación, que deberán ofrecer velocidad suficiente para el vídeo de ultra-alta definición (UHD o 4K) e integrar los diversos tipos de redes, tanto inalámbricas como fijas. Cada nueva generación de móviles llega unos 10 años después de la anterior, de modo que debemos esperar la 5G entre el 2020 y el 2022.

 

6. Nuevos tipos de tarifas. Los servicios de las operadoras son mucho menos sexy que los nuevos teléfonos, pero son lo que mueve esta industria: nuestros recibos mensuales representan tres cuartas partes del volumen total del negocio mundial del móvil. Por eso hay que estar atentos a las novedades en materia de itinerancia -el odiado roaming que la comisaria europea Kroes quiere suprimir, por lo menos en Europa-, de multidispositivo -para conectar más de un aparato al mismo número- y de multiusuario -para compartir un saldo único de consumo entre los miembros de una familia o los empleados de una empresa. En muchos casos, las novedades vendrán impulsadas por las aplicaciones de software de facturación que utilizan las operadoras, uno de los segmentos de mercado menos conocidos del MWC.

 

7. Son 5.000 millones. La cifra, que generalmente se verá en forma de los ’5 bilions’ anglosajones, indica la cantidad de humanos vivos que todavía no disponen de acceso a Internet. Y cuando se conecten, prácticamente todos lo harán con un dispositivo móvil. El gran reto de esta industria es proporcionar esta cobertura mundial de manera sostenible y, claro, rentable.

 

8. mHealth, el móvil es tu ambulatorio. Por mucho que los wearables (‘ponibles’, según la Fundación del Español Urgente) acaparen toda la atención, aún no son más que caprichos para los ricos consumidores occidentales. La verdadera revolución del móvil aplicado a la salud es el uso del smartphone -un dispositivo computacioonal potente, asequible y conectado- para la asistencia al diagnóstico médico en lugares remotos donde no existen equipos sofisticados de análisis ni suficiente personal cualificado para tomar decisiones médicas de manera autónoma, pero sí para aplicar el tratamiento prescrito por un especialista a miles de kilómetros de distancia a partir de los datos del examen efectuado sobre el terreno con ayuda de un sensor -estetoscopio, contraste- económico conectado al teléfono.

 

9. WebRTC, el WhatsApp universal. El dineral que Facebook ha pagado por los 450 millones de usuarios de WhatsApp demuestra que la comunicación en tiempo real ya es demasiado importante para dejarla en manos de aplicaciones cerradas de empresas privadas. El protocolo abierto WebRTC, que permite llevar a cabo chats de texto, voz y vídeo desde el navegador web, ya se encuentra bastante maduro y pronto deberíamos ver estas funciones integradas en páginas web, sin tener que recurrir a apliservicios privativos.

 

10. Objetos conectados. Las bombillas y los coches conectados son sólo dos ejemplos de aplicación de la internet de las cosas. El chip que Philips prevé incluir pronto en todas sus bombillas y cepillos de dientes no sólo servirá para controlarlos y monitorizarlos desde el móvil; también transmitirá información: hay tiendas en las que la iluminación forma parte de un sistema de localización de los compradores que no requiere instalar balizas como el iBeacon de Apple. Un coche conectado ofrece acceso móvil y entretenimiento multimedia a los pasajeros, pero también proporciona datos para optimizar el mantenimiento del vehículo y la densidad de circulación en otra red, la viaria. Se rumorea que Ford, uno de los fabricantes de automoción más activos en el mundo digital, anunciará en el MWC que abandona Windows como núcleo de su plataforma Sync y se pasa al QNX de BlackBerry. Climatización y alarmas domésticas gestionables desde cualquier lugar del mundo son otros ámbitos de aplicación.

 

11. Fog, de la nube a la neblina. Las nuevas aplicaciones impulsan nuevos tipos de infraestructuras de red. Para mejorar la cobertura en zonas de alta densidad de uso es mejor desplegar muchas small cells, antenas de móvil de corto alcance, que unas pocas antenas de gran potencia. Y como los sensores urbanos que controlan elementos del tráfico no admiten ni siquiera la latencia de las conexiones directas a la nube, empresas como Cisco proponen “neblinas” (Fog), redes más próximas al lugar donde se generan los datos, y dotadas de un cierto grado de inteligencia para procesarlas -por ejemplo, cambiar el color de un semáforo cuando se acerca un vehículo de emergencia- y actuar sin recurrir al centro general de mando.

 

12. Baterías que duran todo el día. Lo lamento, pero ésta es broma. La capacidad de las tecnologías clásicas para almacenar energía sigue aumentando, pero mucho más lentamente que el consumo de unos dispositivos con pantallas más grandes, que tenemos encendidas durante más tiempo y que están siempre transmitiendo y recibiendo. Lo máximo que podemos esperar por ahora son aplicaciones que optimicen el consumo gestionando de manera dinámica el uso de las funciones del teléfono, y que los cargadores por inducción -promovidos por consorcios en los que participan desde Audi hasta Ikea- nos hagan más cómodo el proceso inevitable de reposición de energía.