ZTE ha respondido a las acusaciones de diversos cargos gubernamentales estadounidenses, que afirman que la empresa se vale de su presencia en el país norteamericano para espiar al servicio de China. Insiste en que sus clientes estadounidenses pueden confiar en ella y en que tiene muy en cuenta la ciberseguridad.

La agencia de noticias china Xinhua cita a un representante de la firma, que ha declarado que “ZTE se enorgullece del carácter innovador y seguro de los productos que comercializa en el mercado estadounidense”, y ha añadido que la firma prioriza la ciberseguridad y la privacidad, y que siempre cumple la ley.

El representante explica que “ZTE es una empresa que cotiza en bolsa y se adhiere a todas las leyes y normativas vigentes en los Estados Unidos, colabora con las operadoras para cumplir estrictos protocolos de ensayos y satisface los estándares empresariales más exigentes”.

Dichas declaraciones se realizan en un momento en el que los estadounidenses están inquietos ante la posibilidad de que las firmas tecnológicas chinas con presencia en el país –especialmente ZTE y el fabricante de equipamiento Huawei– puedan constituir una amenaza.

Reuters informaba hace poco de que varios senadores, expertos en contraespionaje, profesores universitarios y firmas que asesoran al gobierno de los Estados Unidos han advertido de que China trata de acceder a tecnología y propiedad intelectual estadounidense a través de las empresas de telecomunicaciones.

Hace poco, los senadores republicanos Tom Cotton y Marco Rubio han introducido nuevas medidas legislativas que impiden que el gobierno estadounidense compre o alquile equipamiento de telecomunicaciones de Huawei y ZTE.

Miedos crecientes

Al empezar el año, AT&T y Verizon abandonaron sus planes para distribuir el teléfono Mate 10 Pro de Huawei en los Estados Unidos, debido a las preocupaciones del gobierno del país.

Por otra parte, un reciente informe gubernamental indica que los Estados Unidos están sopesando la construcción de una red nacional 5G para protegerse contra una hipotética amenaza china, si bien todo parece indicar que dicho plan no llegará a buen término, a causa de la oposición de la industria.

Huawei también ha respondido a las acusaciones y ha afirmado que seguirá trabajando para introducir sus dispositivos en los Estados Unidos. Según parece, ZTE también tiene planes para comercializar un teléfono habilitado para servicios de red 5G en los Estados Unidos a principios del 2019.

Las acusaciones de espionaje contra ambas firmas datan del 2012. Por aquel entonces, los Estados Unidos investigaron si el equipamiento de las empresas chinas podía utilizarse en tareas de espionaje, y si suponía una amenaza contra las infraestructuras estadounidenses.

Ambas empresas han negado en todo momento las acusaciones.

ZTE se vio obligada a pagar una multa de 1.000 millones de dólares (unos 806 millones de euros) en el 2017 por no haber respetado las sanciones comerciales estadounidenses contra Irán.