El esfuerzo de la República Popular China por alcanzar la autosuficiencia en materia de chips frente a las restricciones cada vez más severas impuestas por Estados Unidos parece cobrar fuerza. Así, según Bloomberg, el fabricante de dispositivos Xiaomi trabaja en un procesador propio para teléfonos móviles cuya producción en masa está prevista para 2025.
Xiaomi aspira a diseñar sus propios semiconductores, como ya hacen Apple y Google, y a triunfar donde fracasó Oppo, su rival en el mercado chino, que cerró Zeku, su filial de diseño de chips, en mayo de 2023.
El principal reto al que se enfrenta Xiaomi es el de hallar un fabricante por contrato adecuado, puesto que Estados Unidos presiona cada vez más a Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) para que no venda chips avanzados a clientes de China continental.
Entretanto, el líder nacional, Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC), padece restricciones a la importación del equipamiento de fabricación de chips más avanzado, y ASML, con sede en Países Bajos, no puede renovar las licencias de exportación que cubren el mantenimiento y las piezas de repuesto de los equipos de litografía ultravioleta profunda que ya están en manos de clientes chinos.
Xiaomi trabaja en el desarrollo de semiconductores propios desde 2019, año en el que adquirió una participación del 6% en VeriSilicon, diseñador de chips con sede en Shanghái.
Sus gastos de I+D correspondientes al tercer trimestre han registrado un incremento interanual del 20%, alcanzando los 6.000 millones de yuanes (unos 790 millones de euros).
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