Microsoft ha anunciado la retirada del soporte a los dispositivos que funcionen con Windows 10 Mobile. Dicho sistema operativo constituyó su último intento de arrogarse un papel importante en el mercado de plataformas para smartphones.

Si bien la noticia no puede sorprender (ya en 2016, la firma reconoció que dicha plataforma habia dejado de ser prioritaria para ella), es un nuevo hecho desafortunado en la historia de Microsoft en el sector de la telefonía móvil.

A partir de diciembre, Microsoft dejará de ofrecer actualizaciones de seguridad, parches rápidos no referidos a la seguridad, opciones gratuitas de soporte asistido y contenidos de soporte técnico en línea.

Ciertas funcionalidades de dispositivo conectado estarán disponibles durante un tiempo más largo: las copias de seguridad manuales o automáticas de la configuración y de algunas aplicaciones del dispositivo seguirán existiendo hasta el 10 de marzo de 2020. Otros servicios, como la carga de fotografías y la restauración de dispositivos a partir de una copia de seguridad ya existente, “podrían” seguir en funcionamiento otros 12 meses desde la finalización del soporte.

El soporte que se ofrecía a los propietarios de dispositivos con Windows 10 Mobile terminará antes, el día 11 de junio. Dependerá de la versión del sistema operativo que utilicen en el smartphone, porque algunos de los dispositivos más antiguos no pueden acceder a la versión final.

Los esfuerzos de Microsoft por cobrar presencia en telefonía móvil han llegado a un triste final: ahora, la firma recomienda a sus clientes que se cambien “a un dispositivo Android o iOS”. La firma lleva años trabajando para que sus aplicaciones y servicios estuvieran accesibles en las plataformas móviles dominantes y declara que su “vocación de conseguir que todas las personas y organizaciones del planeta tengan más” la empuja a ofrecer soporte para sus aplicaciones móviles en dichas plataformas y dispositivos.

No cabe duda de que su interés por el sector del móvil ha disminuido durante el período en que la ha dirigido Satya Nadella, después de haber llegado a un punto álgido con la adquisición del grueso del negocio de dispositivos de Nokia bajo una dirección anterior. Al enfrentarse a la competencia de las plataformas dominantes, tampoco ha logrado mucho apoyo por parte de otros fabricantes de dispositivos.

La experiencia le ha salido cara a Microsoft en términos de dinero y de subsiguientes amortizaciones financieras.