El Grupo Vodafone, Ericsson y BMW han advertido a la UE de que la imposición de restricciones al uso de 5G en coches conectados en favor de tecnologías basadas en Wi-Fi podría entorpecer las inversiones y hacer que el continente quede rezagado frente a China y los Estados Unidos.

En una declaración conjunta, ambas firmas defienden la tecnología Cellular-V2X (C-V2X), también respaldada por otras grandes empresas de telecomunicaciones como Deutsche Telekom, Huawei y Qualcomm, y explican que la libertad de introducir tecnologías que ayuden a la UE a lograr sus objetivos en transporte será crucial para el sector.

Con ello siguen una línea similar a la adoptada recientemente por grupos industriales como GSMA y ETNO, porque las posiciones de la Comisión Europea en torno al uso de tecnologías celulares en vehículos suscitan una preocupación cada vez mayor.

La CE estudia la legislación sobre coches conectados en el continente para acelerar su despliegue y, según las empresas citadas, su propuesta más reciente descarta el uso de C-V2X en favor de una tecnología Wi-Fi de propósito único, llamada ITS-G5, para las interacciones de vehículo a vehículo, de vehículo a infraestructura viaria y de vehículo con centro de control.

Reuters informa de que la CE revisará las normas tres años después de su implantación a fin de incluir en ellas las nuevas tecnologías. Grandes firmas de automoción como Volkswagen y Renault han brindado su apoyo a ITS-G5.

En busca del equilibrio

Las empresas afirman en una declaración que habrá que alcanzar un equilibrio mediante las normas y regulaciones del sector, con la exigencia de “garantizar la seguridad de las personas”, pero también de “alimentar y alentar la innovación”.

Las firmas añaden que, a pesar de la insistencia de la CE en un “enfoque híbrido de las comunicaciones” en su estrategia de transporte de 2016, “resulta preocupante que tan solo dos años más tarde parezca que la Comisión Europea ya no se adhiere al principio de neutralidad tecnológica”.

En la exposición de su punto de vista, las empresas afirman que las pruebas recientes han “demostrado la superioridad de rendimiento de C-V2X frente a la tecnología ITS no celular”, y arguyen que Wi-Fi no tiene relación alguna con la infraestructura celular ya existente “ni será compatible con 5G”, lo que implica que su adopción será limitada.

Además, explican que el respaldo a la Wi-Fi “parece chocar con las tendencias predominantes en China y en Estados Unidos, donde la tecnología celular emerge como candidato potente para la conexión de vehículos”.

También destacan que la exclusión de las tecnologías celulares comportará que las industrias de transporte y telecomunicaciones pierdan incentivos para invertir en 5G para infraestructuras viarias, y podría casar mal con la estrategia de transportes de la CE, que busca reducir el número de muertos y heridos graves en las carreteras, dado que un gran número de los viajeros llevan dispositivos móviles.