La filial española del grupo británico Vodafone registró en el ejercicio fiscal 2021, concluido a final de marzo, una facturación de 4.166 millones de euros que representa un descenso interanual del 30%, causado por la disminución de los ingresos por itinerancia fruto del desplome del turismo y otros efectos de la pandemia de Covid-19. Sin embargo, la mejora en la gestión de los costes permitió a la operadora elevar hasta el 3,5% la rentabilidad, que se situó en los 1.044 millones de euros.

El mercado español aporta el 10% de los ingresos por servicios del grupo Vodafone. El citado concepto registró una disminución interanual del 3% en el conjunto del ejercicio y un 2,2% en el último trimestre.

La operadora ha ganado en el último año 70.000 clientes móviles de contrato (ya son 11,4 millones) y 21.000 de banda ancha (3,2 millones). De ellos, 1,2 millones corresponden a su marca de bajo coste, que creció en 236.000 clientes.

La compañía cuenta con 1,6 millones de clientes de TV (+156.000), gracias a una oferta amplia de cine y series que no incluye las transmisiones de fútbol. Vodafone atribuye en parte su mejor rentabilidad al ahorro de costes que ha obtenido renunciando a dicho contenido, que sus rivales Movistar y Orange sí ofrecen.

Resultados de grupo
A nivel de grupo, Vodafone sitúa el aumento de la inversión en infraestructuras en el centro de su plan de crecimiento, buscando impulsar la rentabilidad mediante la convergencia en Europa y mediante los datos móviles y los pagos en África.

En su estado de resultados correspondiente al cuarto trimestre fiscal y al conjunto del ejercicio 2021 (que terminaron a final de marzo), Vodafone se centra en el futuro a medida coincidiendo con el final del plan trianual de remodelación de la compañía.

La firma asegura estar totalmente centrada en convertirse en “proveedora de servicios digitales y de conectividad de nueva generación” para Europa y África.

Vodafone agrega que ha cumplido con éxito sus objetivos anteriores simplificando sus operaciones en ambas regiones, habiendo superado el objetivo de ahorrar 1.300 millones de euros en costos a lo largo del trienio y sacado con éxito a bolsa la filial de infraestructuras Vantage Towers.

En teleconferencia sobre resultados, el consejero delegado Nick Read ha indicado que Vodafone buscará acogerse al fondo de recuperación Covid-19 (coronavirus) de la Unión Europea de 750.000 millones de euros, de los cuales el 70% se destinará a los mercados en los que la compañía opera.

Read señala que la pandemia ha acelerado la digitalización en cinco años, lo que demuestra hasta qué punto la conectividad y los servicios digitales son “cruciales” para la sociedad.

“Vodafone ostenta una posición sólida y, mediante una mayor inversión, estamos tomando medidas para asegurarnos de desempeñar un papel de liderazgo y aprovechar las oportunidades que crean estos cambios”, ha declarado el directivo.

Read explica que el aumento de la demanda de servicios respalda sus ambiciones a medio plazo, para lo cual apunta a un crecimiento constante de los ingresos, una asignación de capital disciplinada y una reducción del 20% en los costos operativos de sus filiales europeas y centrales para fines de su año financiero 2023.

Cuarto trimestre
La facturación trimestral de 11.200 millones de euros se situó por debajo de los 11.300 millones de euros del cuarto trimestre fiscal de 2020. Las operaciones europeas generaron 8.500 millones de euros, frente a los 8.600 millones de euros de un año atrás. La compañía no ha revelado el importe de sus beneficios trimestrales.

La filial africana Vodacom generó un crecimiento del 7,3% en los ingresos por servicios, que alcanzaron los 1.100 millones de euros, con una fuerte demanda de datos y nuevos productos en Sudáfrica.

La operadora ha finalizado el ejercicio fiscal con una deuda neta de 40.500 millones de euros, inferior a los 42.000 millones de euros del año anterior. Los ingresos descendieron un 2,6% a 44.000 millones de euros, mientras que los beneficios se situaron en los 536 millones de euros partiendo de unas pérdidas de 455 millones, debidas a por cargos por deterioro y a unos mayores costes de financiación.