Twitter ha pedido a sus más de 330 millones de usuarios que cambien sus contraseñas tras descubrir que se estaban almacenando “sin enmascarar” debido a un error técnico, si bien afirma que no hay indicios de filtración al exterior ni de uso indebido.

La firma explica en su blog que “siempre que un usuario elige una contraseña para su cuenta de Twitter, utilizamos tecnología que la enmascara, a fin de que ninguno de los empleados pueda verla. Hace poco descubrimos un fallo que hacía que las contraseñas quedaran almacenadas en un registro interno sin enmascarar.”

Añade que “descubrimos el error nosotros mismos, retiramos las contraseñas y estamos adoptando medidas para evitar que el fallo se repita”.

Además, afirma en un tuit que los usuarios, por precaución, deberían cambiar también otras contraseñas en el caso de que coincidan con la de su cuenta en Twitter.

La firma no ha revelado cuántas han sido las contraseñas afectadas. Una fuente ha declarado a Reuters que se trata de un número sustancial, y que las contraseñas han estado expuestas durante varios meses.

El fallo de seguridad tiene lugar en un momento en el que los organismos reguladores de todo el mundo están investigando el almacenamiento y uso de los datos de consumidores. Dentro de poco entrará en vigor el Reglamento General de Protección de Datos (más conocido por las siglas inglesas GDPR) de la Unión Europea, que prevé fuertes multas contra los transgresores