Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) ha trazado planes para construir una fábrica de semiconductores valorada en 12.000 millones de dólares (más de 11.000 millones de euros) en Estados Unidos, con lo que favorece enormemente los esfuerzos del gobierno de dicho país por incrementar la producción nacional de productos clave y reducir su importación desde China.

El mayor fabricante de chips del mundo explica en una declaración que la fábrica, ubicada en Arizona, podrá producir 20.000 obleas al mes y creará más de 1.600 puestos de trabajo. La construcción debería empezar en 2021. La producción de los chips de 5 nm más avanzados está prevista para 2024.

La firma ya opera una fábrica de chips en el estado de Washington, así como centros de diseño en Texas y California.

TSMC añade que el proyecto tiene “importancia clave y estratégica para la existencia de un ecosistema de semiconductores estadounidense vital y competitivo, en el que las principales empresas del país fabriquen sus productos de semiconductores punteros dentro de Estados Unidos y se beneficien de la proximidad de una fundición y un ecosistema de semiconductores de primera categoría”.

Producción local

La noticia se ha anunciado unos días después de que se supiera que las autoridades estadounidenses habían mantenido conversaciones con TSMC y otras firmas sobre la ampliación de las capacidades de fabricación en el país.

Las autoridades de Estados Unidos sienten un vivo interés por reducir la dependencia respecto a productos importados, sobre todo si provienen de China, país con el que se enfrentan ahora mismo en una guerra comercial.

Por otra parte, TSMC reducirá los daños que podría causarle una reciente actuación del Departamento de Comercio estadounidense encaminada a restringir el suministro de componentes a Huawei. El fabricante de chips es uno de los principales proveedores de HiSilicon, la filial de chips de Huawei, y podría verse gravemente afectado por las prohibiciones.

Según Reuters, un miembro del Departamento de Comercio ha explicado que la intención de construir una segunda fábrica en Estados Unidos genera “buena voluntad” dentro de dicho organismo.