El presidente estadounidense Donald Trump asegura que facilitará que ZTE “reabra” en virtud de un acuerdo que obligará al apurado fabricante chino a pagar una multa de 1.300 millones de dólares (unos 1.115 millones de euros), adquirir equipamiento estadounidense y renovar su equipo directivo.

Mediante un tuit nocturno publicado el pasado viernes 25, Trump aprovecha la ocasión para atacar al anterior gobierno, afirmando que el equipo de Obama “permitió que ZTE creciera sin aplicarle ningún control de seguridad”.

En abril, el Departamento de Comercio de los Estados Unidos prohibió a ZTE la importación de productos estadounidenses, tras acusar a la firma china de no haber cumplido las condiciones estipuladas por un acuerdo de marzo de 2017 con el que se había cerrado un caso de infracciones de las sanciones comerciales contra Irán.

Dicha prohibición ha estado a punto de arruinar a ZTE. Poco después de que se anunciara, la firma notificó la interrupción de todas sus “actividades principales”. Se estima que un 25-30% de los componentes de los productos de ZTE le son suministrados por empresas estadounidenses.

Algunos artículos recientes apuntan a que la empresa ha perdido más de 2.000 millones de dólares (unos 1.716 millones de euros) en ingresos desde que la prohibición entró en vigor.

Durante las negociaciones comerciales mantenidas a comienzos del mes de mayo, China solicitó al gobierno estadounidense que retirara la prohibición.

Según Bloomberg, el acuerdo por el que se permitirá a ZTE reanudar sus operaciones conllevará la contratación de supervisores estadounidenses que efectúen una labor de monitorización. Una vez se compruebe que ZTE se atiene a las normas, el Departamento de Comercio anulará la prohibición de importar.

ZTE, con unos 80.000 empleados, aún no ha respondido a la oferta de Trump.

Impacto en los Estados Unidos

Anteriormente, Trump había declarado que quería impedir la destrucción de puestos de trabajo en China, pero lo cierto es que varias empresas estadounidenses de gran importancia también se ven afectadas por la prohibición. Qualcomm y Google son dos de los proveedores clave de ZTE.

De hecho, se cree que ZTE gastó durante 2017 hasta 2.300 millones de dólares (más de 1.900 millones de euros) en la importación de productos estadounidenses suministrados por 211 proveedores distintos. Según Reuters, Qualcomm, Texas Instruments e Intel han ingresado más de 100 millones de dólares (unos 86 millones de euros) cada una.

En una reciente declaración sobre los beneficios obtenidos durante el segundo trimestre fiscal del 2018, Qualcomm advertía de que la prohibición perjudicaría a sus futuras ganancias.

Por todo ello, no es extraño que Trump insista ahora en que ZTE “debe adquirir componentes estadounidenses”.

Oposición

La aprobación del acuerdo aún no es segura. Parlamentarios tanto del Partido Republicano como del Demócrata lo han criticado y acusan a Trump de dar marcha atrás.

Por otra parte, el Senado está a punto de votar una Ley de Autorización de la Defensa Nacional, una de cuyas cláusulas dificultaría que la Casa Blanca retire las sanciones contra ZTE sin la aprobación del Congreso, lo que podría provocar un enfrentamiento entre ejecutivo y legislativo por un intento de salvar puestos de trabajo en China (y posiblemente también en los Estados Unidos).