Expansión informa de que Telefónica ha empezado a sondear a potenciales inversores para evaluar la venta, por aproximadamente 2.000 millones de euros, de los activos de cable submarino que se hallan en manos de su filial Telxius, dentro de la reestructuración del negocio del grupo de operadoras.

Los cables submarinos que podrían salir a la venta constituyen el segmento más reducido de la empresa de infraestructuras Telxius, que también es propietaria de una cartera de activos de torres cada vez mayor. Según la web de la empresa, ésta opera una red internacional de 100.000 km de cable submarino de fibra óptica con gran capacidad.

En la teleconferencia sobre resultados del tercer trimestre efectuada por la firma en octubre, Ángel Vila, director de Operaciones de Telefónica, señaló que varias filiales de Telefónica habían negociado nuevos contratos quinquenales con Telxius para usar sus cables submarinos a precios fijos reducidos, si bien por un período más prolongado.

Según Vila, dicha medida “promueve la plena visibilidad y el crecimiento de los cables submarinos de Telxius a medio y largo plazo. Y la visibilidad a largo plazo hará posible que Telxius contemple todas las alternativas estratégicas posibles para la división de cable submarino.”

En el marco de la reestructuración de la operadora, lanzada en noviembre de 2019 y ahora en curso, la nueva división de infraestructuras absorberá la participación mayoritaria de Telefónica en Telxius.

La operadora posee una participación del 50,01% en Telxius, que le garantiza el control de la empresa. La firma inversionista KKR Group posee el 40%, y el resto se halla en manos de Pontegadea, el vehículo inversor de Amancio Ortega (Zara).

A lo largo de 2020, Telxius ha adquirido un gran número de emplazamientos de telefonía móvil que pertenecían a la filial alemana de Telefónica, a fin de reforzar sus activos en infraestructura móvil europea.