El gobierno de Taiwan ha autorizado a MediaTek, una firma de diseño de chips con sede en la isla, a vender componentes a ZTE, empresa china fabricante de teléfonos móviles y equipamiento de telecomunicaciones que por el momento tiene prohibido adquirir hardware a firmas estadounidenses.

La administración estadounidense impuso restricciones comerciales a ZTE en abril, tras llegar a la conclusión de que el fabricante chino había mentido en el curso de una investigación sobre infracciones de las sanciones comerciales contra Irán y había introducido equipamiento de telecomunicaciones norteamericano en este último país.

Un representante del Departamento de Comercio Extranjero de Taiwan ha declarado a Reuters que el gobierno ha recibido solicitudes de autorización de exportaciones por parte de varias otras empresas fabricantes de productos tecnológicos.

Según Reuters, dicho representante ha declarado que Taiwan posee sus propios mecanismos de control, independientes de las posiciones estadounidenses, y añade que “el mecanismo tendrá en cuenta los controles de Estados Unidos y de otros países avanzados”.

La autorización emitida por Taiwan es importante, porque ahora ZTE dispondrá de un proveedor alternativo a la estadounidense Qualcomm. Durante los últimos años, las tensiones entre Taiwan y China han sido frecuentes, y un deterioro en la relación con MediaTek sería un golpe muy grave contra la ya apurada ZTE.

Por otra parte, ZTE explica en un informe para la bolsa de valores de Shenzhen que ha solicitado a la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de los Estados Unidos que suspenda el veto tras presentar material adicional a petición de la propia Oficina.

Presión desde el continente

Hace unos días, China exhortaba a los Estados Unidos a reconsiderar las restricciones que prohíben a las firmas estadounidenses la venta de servicios y equipamiento a ZTE durante siete años.

ZTE ha anunciado que luchará contra dichas restricciones, porque considera que son injustas e ignoran los progresos de la firma en el cumplimiento de la normativa de exportaciones.

Si el veto a las exportaciones se mantiene, la firma de Shenzhen podría verse gravemente perjudicada en su negocio de venta de teléfonos móviles, porque empresas como Qualcomm tendrían prohibido suministrarle chips.