Según Reuters, la fiscalía sueca ha abierto una investigación contra Ericsson, tras haber colaborado en un juicio por soborno al que dicha empresa se ha visto sometida en Estados Unidos, y que se ha resuelto en fecha reciente mediante un acuerdo.

El motivo de la nueva investigación no ha trascendido, si bien parece que se refiere a posibles sobornos, y se fundamenta en información hallada en el curso de una larga investigación que han llevado a término las autoridades estadounidenses.

La semana pasada, Ericsson se avino a pagar una suma de 1.060 millones de dólares (unos 950 millones de euros) para zanjar los casos de corrupción presentados por el Departamento de Justicia y la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos. La empresa reconoció el pago de sobornos, la falsificación de registros y otras actividades relacionadas.

Todos los incidentes son anteriores a 2016 y la firma ha introducido nuevos procedimientos para garantizar que todas sus actuaciones se adecuen a las leyes y a rigurosos estándares de ética empresarial.

Ericsson había provisionado 12.000 millones de coronas suecas (unos 1.152 millones de euros) en el presupuesto del tercer trimestre con el objetivo de cubrir todas las multas y costes derivados del juicio. Al comentar el acuerdo con las autoridades estadounidenses, Borje Ekholm, consejero delegado de la firma, afirmó que dicha resolución les permitía “pasar página”.

En las diversas declaraciones que ha realizado a propósito de dicho caso, la empresa no ha informado sobre si otras autoridades realizarán investigaciones similares a propósito sus actividades anteriores.

Ericsson ha declinado a comentar las actuaciones judiciales en curso en Suecia.