The Straits Times informa de que podría distribuirse en Singapur un dispositivo ponible vinculado a la aplicación TraceTogether, usada en el país asiático para rastrear contactos con la Covid-19 (nuevo coronavirus). La decisión estaría motivada, en parte, por los fallos de dicha aplicación en los teléfonos iPhone, debidos al funcionamiento de Bluetooth en dicho dispositivo.

Vivian Balakrishnan, ministro del Gobierno, declaró el viernes 5 de junio que se podría distribuir un ponible con la aplicación TraceTogether que se utiliza en la ciudad-estado, y que por ahora han descargado alrededor de un 25% de sus ciudadanos.

Balakrishnan es el ministro de Asuntos Exteriores de Singapur y también encabeza el grupo de Nación Inteligente y Gobierno Digital.

Balakrishnan ha explicado en el Parlamento que el sistema actual impide que los iPhones y otros dispositivos iOS usen el escaneo Bluetooth cuando TraceTogether funciona en segundo plano. Afirma que las conversaciones con Apple aún no han permitido llegar a una “solución satisfactoria”.

Según el periódico, TraceTogether será eficaz de verdad en la lucha contra la Covid-19 cuando alrededor del 75% de la población de Singapur la utilice. La misma publicación informa de que, según Balakrishnan, la distribución de un ponible a todos los ciudadanos sería “más inclusiva” e incrementaría el nivel de protección.

Por ahora, el uso de TraceTogether no es obligatorio, pero The Straits Times informa de la presentación de varias actualizaciones destinadas a ampliar su alcance, como por ejemplo una mayor variedad de idiomas y una revisión del sistema de registro que elimina la necesidad de indicar un número de teléfono móvil para inscribirse.

Esfuerzo conjunto

India, Australia y Japón han introducido aplicaciones similares.

En mayo, Apple y Google lanzaron una tecnología de seguimiento de la exposición a la Covid-19 que facilita a las autoridades sanitarias el desarrollo de aplicaciones para el rastreo de contactos.

Hace escasos días, la GSMA solicitó una estrecha cooperación entre las operadoras y los organismos que despliegan aplicaciones de rastreo para garantizar que los servicios sean eficaces y no ejerzan un impacto negativo sobre las redes.