Ludovic Le Moan (en la foto), consejero delegado de Sigfox, reconoce que su empresa de Internet de las Cosas no está logrando cumplir sus objetivos de crecimiento, al mismo tiempo que aumenta la expectación en torno a tecnologías rivales basadas en redes de 5G.

Le Moan ha declarado a Reuters que la empresa no logró cumplir sus objetivos de ingresos en el 2017, pero ha añadido que confía en las perspectivas de su firma para compensar dicha situación durante el cuarto trimestre del año actual, e insiste en el potencial de su tecnología propietaria para Internet de las Cosas, mucho más barata que los servicios basados en la 5G. También afirma que la empresa podría salir a bolsa cuando alcance sus objetivos.

Afirma que “hoy en día se habla mucho de la 5G. Pero las tecnologías que se empiezan a utilizar son mucho más caras. Lo que interesa a las firmas de telecomunicaciones es generar más ingresos.”

Otros rivales

Aparte de la previsible rivalidad con la 5G, la red no celular de Internet de las Cosas de Sigfox también tiene que competir con LoRa, una tecnología no estandarizada de LPWA (bajo consumo en área extensa) respaldada por la firma francesa Orange, entre otras.

Por otra parte, la tecnología estándar NB-IoT goza de una elevada aceptación en Europa. Ha sido adoptada por firmas tan importantes como Deutsche Telekom y Grupo Vodafone, mientras que las empresas que ostentan el liderazgo en los Estados Unidos, Verizon y AT&T, se decantan por LTE-M.

La 5G costará miles de millones

La 5G, cuyo lanzamiento comercial en todo el mundo se espera para los años 2019 y 2020, también tendrá un papel central en impulsar la conectividad de Internet de las Cosas.

Le Moan añade que los despliegues de la 5G costarán miles de millones de euros en inversiones en cada uno de los mercados nacionales, mientras que bastarían unos pocos millones para la tecnología de red de Internet de las Cosas de Sigfox.

El directivo ha efectuado dichas declaraciones poco después de que se publicaran los resultados de Sigfox para el 2017, año en el que la empresa facturó 50 millones de euros, frente a los 32 millones de euros del 2016. Reuters afirma que, con todo, se ha quedado 10 millones de euros por debajo de sus previsiones.

Sigfox explica que el número de objetos conectados a su red se ha incrementado en un 65% hasta situarse en los 2,5 millones a lo largo del 2017, y aspira a tener conectados 6 millones de dispositivos para finales del 2018.

Le Moan ha hecho pública una declaración en la que afirma que uno de los principales costes a los que se enfrenta la empresa es el de los datos que recopila. “El desafío que afrontaremos durante los próximos años será rebajar el coste de recopilar dichos datos hasta casi alcanzar el cero.”

Varios medios de comunicación apuntan que Sigfox tiene problemas con sus cuadros directivos. Allen Proithis, director de la empresa en América del Norte, ha abandonado la firma, y lo mismo ha ocurrido con Thomas Schmidt, director de espectro.

También se ha informado de conflictos entre altos cargos y problemas cada vez más graves en el desarrollo de la actividad empresarial.