Según The Wall Street Journal (WSJ), uno de los máximos directivos de Samsung Electronics pronostica que la demanda de productos de consumo a lo largo de 2023 se verá afectada por un repunte de los tipos de interés y la inflación, pero también señala que es probable que el descenso consiguiente empiece a remitir durante el segundo semestre.

Han Jong-hee, vicepresidente y consejero delegado conjunto, ha declarado al citado periódico que su firma ve en la recesión económica una oportunidad para integrar mejor su gama de dispositivos conectados con software de uso fácil.

Han asumió en diciembre de 2021 la dirección de la recién creada división DX, en la que se fusionaron las antiguas divisiones de TI y Comunicaciones Móviles (rebautizada como MX) y de Electrónica de Consumo.

Según el WSJ, el directivo ha señalado que dicha fusión unió las dos divisiones anteriores con el objetivo de desarrollar productos conectados que pudieran interoperar sin problemas.

El fabricante acaba de presentar en el CES de Las Vegas el concentrador (hub) de hogar inteligente SmartThings Station, que ofrece al usuario el control a distancia de dispositivos domésticos tales como luces, cerraduras y aparatos de aire acondicionado. El cliente puede conectarse al dispositivo mediante su teléfono o tableta Galaxy, y también usarlo como cargador inalámbrico. El lanzamiento inicial tendrá lugar en Corea del Sur y Estados Unidos en febrero.

Según Reuters, que cita datos de veintiún analistas recogidos por Reinitiv SmartEstimate, se cree que los beneficios de la empresa podrían caer en un 58% interanual en el cuarto trimestre hasta situarse en 5,9 billones de wones surcoreanos (unos 4.442 millones de euros), debido al descenso en los precios de los chips de memoria. Si se cumpliera la previsión, Samsung se situaría en su nivel más bajo en seis años.

En una teleconferencia sobre los resultados del tercer trimestre de octubre, la empresa advirtió de que la continua inestabilidad macroeconómica podría presionar a la baja los precios de venta al público. Los beneficios netos del tercer trimestre cayeron en un 23,6% hasta situarse en 9,4 billones de wones surcoreanos (poco más de 7.000 millones de euros), mientras que el crecimiento de los ingresos se ralentizó hasta el 3,8%.