La administración británica ha confirmado que investigará el impacto de las nuevas sanciones estadounidenses contra Huawei y su efecto sobre las redes de telefonía móvil del país. La noticia suscita dudas sobre la futura presencia de la firma china en el Reino Unido.

El NCSC (siglas inglesas de Centro Nacional de Ciberseguridad) del Reino Unido afirma en una declaración remitida a Mobile World Live que está estudiando el posible impacto de las sanciones estadounidenses contra Huawei sobre las redes de su país.

Un portavoz del gobierno británico explica que “la seguridad y la resistencia” de las redes del Reino Unido “son de suma importancia”.

Dicha investigación tendrá lugar cuatro meses después de que las operadoras recibieran luz verde para usar equipamiento 5G de Huawei en partes no fundamentales de las redes, con un límite del 35%.

Por aquel entonces, el primer ministro Boris Johnson se enfrentó a una revuelta dentro de su propio partido. Varios parlamentarios consideraban que había que prohibir todo uso de equipamiento de Huawei por razones de seguridad. A principios de marzo el gobierno logró confirmar su decisión inicial mediante una votación.

Con todo, la situación parece haber cambiado de nuevo, desde que a mediados de mayo Estados Unidos prohibió la venta a Huawei de componentes en los que se use software y tecnología estadounidense, aunque se hayan fabricado en el extranjero. Así, la empresa china sufre restricciones aún más severas, tras haber entrado hace años en una lista negra comercial.

Huawei expresa su confusión

La confirmación del NCSC ha salido a la luz después de que varios medios de comunicación británicos anunciaran que el primer ministro Boris Johnson iba a ceder a las presiones de su propio partido y de Estados Unidos, y excluiría por completo a Huawei de las redes del Reino Unido para el 2023.

A modo de respuesta, Victor Zhang, vicepresidente de Huawei, afirma haber “accedido a información de fuentes anónimas que no tiene ningún sentido”.

Añade que “en enero, el gobierno decidió aprobar nuestra participación en el despliegue de la 5G, porque Gran Bretaña necesita las mejores tecnologías, más opciones, innovación y más proveedores, a fin de disponer de redes más seguras y más robustas”.