El gigante estadounidense Intel, especializado en chips, atraviesa días difíciles , puesto que se ha descartado una posible venta a su rival Qualcomm y el gobierno de Estados Unidos ha confirmado que se reducirá la financiación a la producción de chips por parte de dicha empresa.

A propósito de una posible adquisición por parte de Qualcomm, Bloomberg señala que la compra de los activos de Intel se hallaría entre las principales transacciones de dicho género que se han producido en el sector. Tal vez sería la más importante de la historia.

La agencia de noticias explica que la complejidad de todo posible acuerdo ha resultado desalentadora para Qualcomm, si bien esto no excluye futuros acuerdos que se refieran tan sólo a divisiones específicas de Intel.

En setiembre se habló de que Qualcomm podría plantearse la adquisición de Intel, al tiempo que Reuters informaba de que la empresa dirigida por Cristiano Amon llevaba un tiempo interesada en hacerse con algunas divisiones de su rival.

Las especulaciones sobre el futuro de Intel cobran fuerza, debido a que unos resultados desastrosos han obligado a la empresa a empezar a estudiar posibles salidas.

En agosto, Intel vendió su participación en Arm, firma especializada en diseño de chips, y está trabajando en una reducción del 15% de su plantilla, que debería culminar a finales de año, en el marco de sus esfuerzos por recobrar su antigua posición.



CHIPS

Poco después de que Bloomberg publicara la anterior noticia, el gobierno estadounidense ha confirmado que proporcionará a Intel tan sólo 7.900 millones de dólares (unos 7.500 millones de euros) de la financiación prevista por la Ley de Ciencia y CHIPS, frente a los 8.500 millones de dólares (unos 8.000 millones de euros) que iba a recibir en un principio.

En un artículo publicado el 24 de noviembre en el New York Times (NYT), el Departamento de Comercio de Estados Unidos anuncia un drástico recorte en la subvención destinada a Intel.

El NYT atribuye la decisión a varios factores, entre ellos la demora en la construcción de una nueva fábrica de chips y la escasa confianza de las autoridades en la competitividad de Intel.