La GSMA ha presentado en el MWC19 Barcelona su informe anual sobre dinero móvil, que muestra un crecimiento asombroso en África. Sin embargo, quedan en dicha región varios países grandes con bajos porcentajes de inclusión financiera, y las operadoras no logran el impacto deseado.

Sin embargo, esto último podría cambiar. En su 2018 State of the Industry Report on Mobile Money (Informe sobre el Estado de la Industria de Dinero Móvil en el 2018), la GSMA afirma que la reforma en tres de los países más grandes de África –Nigeria, Etiopía y Egipto– podría “impulsar una oleada de adopción”.

Se espera que los cambios en las regulaciones conduzcan a la apertura de más de 110 millones de nuevas cuentas de dinero móvil en dichos países durante los próximos cinco años, lo que supondría un impulso significativo tanto para las economías implicadas como para la influencia de las operadoras en sus mercados.

Según las cifras de la asociación, algo menos del 40% de los 111 millones de personas que constituyen la población adulta de Nigeria dispone de algún tipo de cuenta que ofrezca servicios financieros. En Etiopía, dicha cifra se sitúa en un 35% (para una población de 64 millones). En Egipto, con una población de 67 millones, nos quedamos en el 33%.

En comparación, hay varios mercados africanos donde la tasa de penetración del dinero móvil supera el 60%.

La GSMA concluye que el desequilibrio se debe a varias “condiciones de mercado desfavorables”, como por ejemplo las regulaciones que limitan la competencia. También explica que Etiopía cuenta con bajos niveles de conectividad a Internet y de educación financiera.

Con todo, el informe hace referencia a la reforma de las regulaciones tanto en Egipto como en Nigeria, concebida para auxiliar específicamente a la industria de dinero móvil, y también a las medidas adoptadas para abrir el mercado de telefonía móvil en Etiopía.

La industria de dinero móvil nigeriana, controlada por los bancos, podría sufrir una sacudida si se autoriza a las operadoras de telefonía móvil a ofrecer servicios financieros limitados bajo la forma de bancos con servicios de pago, mientras que el banco central de Egipto publicó en agosto de 2018 un informe que respaldaba el dinero móvil.

Según parece, las propias autoridades etíopes abrirán el mercado de telecomunicaciones del país. En el 2018 se rumoreó que Safaricom estaba estudiando Etiopía como un mercado potencial para la expansión de m-Pesa.

Régimen fiscal

Pero, como siempre, la amenaza de los impuestos y regulaciones pesa sobre el sector.

El tono optimista sobre el futuro de dicha industria y sobre la expansión de los servicios de dinero móvil se hizo explícito en una mesa redonda de expertos en la industria de dinero móvil convocada por Mobile World Live (dicha mesa redonda puede verse entera aquí).

Ruan Swanepoel, director de dinero móvil en la GSMA, explica que en dos de los tres “gigantes dormidos” se han aprobado reformas que permitirán que las operadoras móviles obtengan un impacto similar al de las zonas donde los servicios de dinero han funcionado muy bien.

Añade que “existe una excelente oportunidad para abrir esos mercados, porque los organismos reguladores y gobiernos empiezan a enfrentarse al reto de ofrecer regulaciones más favorables, si bien la fiscalidad todavía es una preocupación clave”.

Ruomeng Wang, analista sénior de IHS Markit, observa que si bien el concepto de dinero móvil no es nuevo las autoridades de los mercados citados tendrán que trabajar para regularlo.

Explica que “si cuentan con regulaciones flexibles de verdad, cientos de proveedores de servicios irán allí, pero se perderá la confianza por el lado del consumidor”.

Patrick Roussel, vicepresidente ejecutivo de Servicios Financieros Móviles de Orange para Próximo Oriente y África, advierte de que si no se ponen en marcha políticas fiscales adecuadas se corre el riesgo de duplicar los impuestos sobre los servicios. Añade que el proveedor de servicios, el comerciante y el usuario final podrían acabar pagando tasas por una misma transacción.

Solo el tiempo dirá si las atrevidas predicciones de la GSMA sobre estos mercados pueden cumplirse, pero si así fuera, se debería indudablemente al trabajo duro de las operadoras y a la voluntad de las autoridades de establecer regulaciones favorables y un sistema tributario adecuado.

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