Poco después de que Mark Zuckerberg se aventurara a predecir el futuro, Sundar Pichai, consejero delegado de Google, ha demostrado que el gigante de las búsquedas también tiene una visión propia sobre la inteligencia artificial.
Pichai ha participado en una teleconferencia con inversores sobre los resultados trimestrales de Alphabet, la empresa matriz de Google. Cuando se le ha preguntado por las áreas en las que Google tiene intención de innovar, Pichai ha respondido que las búsquedas, sobre todo en dispositivo móvil, podrían llegar a transformarse en algo parecido a una asistencia personal para los usuarios, y que tan solo podrán cumplir esa función si se recurre al aprendizaje automático y a la inteligencia artificial.
Y añade que, en conjunto, piensa que “a largo plazo, la informática evolucionará y la primacía de la movilidad dejará paso a la de la inteligencia artificial. Y pienso que vamos a estar a la cabeza del desarrollo.” Así ha dado mayor lustre a las credenciales de su empresa, una semana después de que Mark Zuckerberg realizara unas declaraciones similares a propósito de Facebook en la convención de desarrolladores F8. Los chatbots basados en la inteligencia artificial, como los recién incorporados a Facebook Messenger, fueron un tema muy tratado en dicho congreso.
Pichai también se ha referido al “gran avance” que supone AlphaGo, un producto desarrollado por una filiar de Google llamada DeepMind, que asombró al gran público en marzo al derrotar a un jugador profesional de Go surcoreano.
“Ha sido un privilegio que un jugador legendario de Go como Lee Sedol haya accedido a participar en este hito en la historia de la inteligencia artificial. Hemos dado otro paso hacia el desarrollo de una inteligencia artificial que podría ayudarnos en todos los aspectos de nuestra vida diaria y proponerse también objetivos más ambiciosos, como tratar el cambio climático y diagnosticar cánceres.”
Situación financiera
Por lo que respecta a la situación financiera, la facturación de Alphabet durante el primer trimestre fue de 20.300 millones de dólares (unos 18.000 millones de euros), lo que supone un incremento interanual del 17%. No es de extrañar que la parte del león se la haya llevado Google, con más de 20.000 millones de dólares, frente a los 17.200 millones de dólares (unos 15.300 millones de dólares) del año anterior.
La empresa atribuye el crecimiento de los ingresos generados por su actividad básica al incremento de las búsquedas con móvil por parte de los consumidores, así como al crecimiento “sólido” de las búsquedas con ordenadores de escritorio y tabletas, y al “vigor sostenido” de YouTube y de la publicidad programática.
Pichai señala que “en estos momentos, YouTube en el móvil tiene más seguimiento que cualquier cadena o canal de televisión por antena o por cable entre el público estadounidense situado en las franjas de edad de 18-34 y de 18-49 años.”
La división conocida como Other Bets ha generado ingresos de tan solo 166 millones de dólares (unos 148 millones de euros), aunque esta cantidad haya duplicado con creces los 80 millones de hace un año.
Ruth Porat, la directora financiera, ha declarado que la mayoría de los proyectos de Other Bets se hallan todavía en una fase previa a la generación de ingresos.
La mayoría de las actividades de Other Bets que generan ingresos -los llamados proyectos Moonshots- proceden de tres ámbitos distintos: Fiber, Nest y Verily (conocido anteriormente como Google Life Sciences). Sus otras actividades, como los automóviles sin conductor y el Proyecto Loon, generan todavía menos ingresos, aunque despierten el mismo interés.
Los pagos a otras páginas web, denominados costes de adquisición de tráfico, y que reflejan el paso a la publicidad en el móvil, han ascendido a un monto de 3.800 millones de dólares (unos 3.380 millones de euros).
Los beneficios de explotación de Google se han elevado a 6.300 millones de dólares (unos 5.600 millones de euros), frente a los 5.200 millones de dólares (unos 4.620 millones de euros) del año anterior. Por otra parte, Other Bets ha perdido una cifra astronómica de 802 millones de dólares (unos 712 millones de euros), mientras que el año anterior fueron 633 millones de dólares (unos 562 millones de euros).
El total de beneficios netos (expresado de acuerdo con las normas de información financiera) ha sido de 4.200 millones de dólares (unos 3.730 millones de euros), frente a los 3.500 millones de dólares (unos 3.100 millones de euros) de hace un año.