Orange Bank España ha cerrado su primer año de actividad con más de 60.000 clientes, superando los 55.000 que se había fijado como meta. La entidad acumula ya más de 90 millones de euros en depósitos.

El banco, el primero vinculado a una operadora de telefonía, cuenta con una plantilla de 100 empleados y una red de más de 1.000 establecimientos físicos, más que algunos bancos convencionales. En ellos capta dos terceras partes de los clientes, frente a otro tercio a través del canal digital. El proceso de alta es completamente digital, mediante reconocimiento de vídeo por inteligencia artificial, y permite disponer de una cuenta plenamente operativa en unos seis minutos.

Los productos financieros iniciales de Orange Bank en España fueron la cuenta corriente, la de ahorro y una tarjeta de débito, también pionera al ser digital y no física porque los códigos de verificación se encuentran en la aplicación móvil, que se cuenta entre las mejor valoradas del sector, con puntuaciones de 4,9 sobre 5 en las dos grandes tiendas de aplicaciones.

Posteriormente se han incorporado las transferencias instantáneas entre clientes, las domiciliaciones y la financiación de terminales móviles. Narciso Perales, el consejero delegado de la entidad, indica que ya se han financiado 700.000 teléfonos por un valor de 150 millones de euros.

En la actualidad, los pagos móviles de Orange Bank ya son compatibles con Apple Pay, Samsung Pay y Google Pay. A partir de enero, los clientes podrán utilizar la plataforma Bizum de transferencias instantáneas incluso con clientes de otros bancos.

Perales ha destacado que Orange Bank no es un neobanco sólo para millenials, ya que la edad media de sus clientes es de 44 años.

En su segundo año, la entidad aspirará a alcanzar los 125.000 clientes, duplicar el volumen de financiación de terminales e introducir nuevos productos de crédito al consumo. Perales afirma que la tecnología desarrollada por Orange Bank en España será exportada a otros mercados europeos.