La GSMA ha señalado los elementos que la asociación sectorial considera fundamentales para que la creación de un mercado único de telecomunicaciones en Europa tenga éxito. Anne Bouverot, directora general de la GSMA, ha enviado una carta abierta a Neelie Kroes, la vicepresidenta de la Comisión Europea, en la que detalla los elementos necesarios para que un mercado único impulse el crecimiento y el empleo. Kroes lleva ya tiempo presionando en favor de un mercado único de telecomunicaciones en la región.

 

La carta cuenta con el respaldo de los consejeros delegados de Deutsche Telekom, Orange, Telecom Italia, Telefonica, Telekom Austria, Telenor, TeliaSonera, VimpelCom y y Vodafone, así como del presidente adjunto de Hutchison Whampoa Europe.

 

La GSMA comparte la opinión de la Comisión Europea de que un mercado único y competitivo de telecomunicaciones ayudará a la industria del móvil a afrontar los retos vinculados al despliegue de la banda ancha móvil y de la disminución de ingresos, además de favorecer el crecimiento, el empleo y el bienestar de los ciudadanos de toda la Unión Europea.

 

El primer elemento necesario, según Bouverot, es la modernización de los reglamentos, a fin de eliminar “capas de regulación anticuadas e innecesarias” y de armonizar a escala europea. También debería aplicarse la normativa de manera coherente, sean cuales sean la tecnología utilizada, el proveedor del servicio o la ubicación de los individuos.

 

El siguiente elemento es que el marco europeo antimonopolio evolucione a fin de contemplar las reestructuraciones y consolidaciones impulsadas por el mercado que serán necesarias para redefinir el clima inversor.

 

Asimismo, la gestión de los activos del espectro europeo debería ser reformada de cara a centrarse en “liberar oportunamente nueva capacidad que esté armonizada en todo el mercado único” y permitir asignaciones que favorezcan el crecimiento y la inversión a largo plazo.

 

Bouverot también reclama un campo de juego equilibrado en cuanto a regulación, de modo que todos los implicados tengan oportunidad de ofrecer servicios de telecomunicaciones competitivos, “innovadores, interoperables y seguros”. En este aspecto, las operadoras deberían tener libertad comercial para desarrollar nuevos modelos de negocio e innovar con sus redes y servicios.

 

Por último, el “actual mosaico de reglamentos” relativos a privacidad y seguridad debería quedar resuelto porque compromete la protección de los consumidores. Ello resulta “fundamental para introducir confianza en la adopción y el uso de los nuevos servicios digitales por parte de los ciudadanos de la UE”, escribe Bouverot.