Según Nikkei Asia, importantes fabricantes mundiales de chips, como Intel y Taiwan Semiconductor Manufacturing Co (TSMC), han revisado sus planes para incrementar su capacidad de fabricación de semiconductores en EEUU ante la creciente incertidumbre que envuelve la aprobación de la ley CHIPS for America y de las subvenciones para nuevas inversiones que esta prevé.

Al parecer, Intel ha suspendido la construcción de una planta de chips en Ohio por valor de 20.000 millones de dólares (más de 19.600 millones de euros), a la espera de que el Congreso apruebe dicha ley. La firma ha declarado a Nikkei Asia que, dada la lentitud en la aprobación de la financiación del plan, no se sabe cuándo se terminará dicha planta.

Según el mismo periódico, TSMC ha hecho públicos sus planes para construir en Arizona una planta de chips valorada en 12.000 millones de dólares (casi 11.800 millones de euros) para mayo de 2020. Sin embargo, la empresa ha señalado recientemente que la falta de subvenciones retrasaría su edificación. La empresa había previsto iniciar la producción en 2024.

También según Nikkei Asia, Kung Ming-Hsin, ministro del Consejo de Desarrollo Nacional de Taiwán y miembro de la junta directiva de TSMC, ha explicado que su empresa empezó la construcción porque estaba convencida de que “el Congreso aprobaría la Ley CHIPS”.

Dicha ley aspira a reforzar la fabricación de chips en Estados Unidos y reducir la dependencia respecto a los componentes fabricados en China, y ofrece generosas exenciones fiscales y otras subvenciones.

La firma estadounidense GlobalFoundries, fabricante de chips por contrato, ha declarado a Nikkei Asia que prevé construir una planta de chips en Nueva York por un valor de 1.000 millones de dólares (unos 983 millones de euros), pero que el proyecto, de hecho, está sujeto a la aprobación de la ley mencionada.