Según expertos de la firma de semiconductores Qorvo, los costes de licencia sobre la tecnología 5G podrían elevar los precios de los smartphones a niveles superiores incluso a los de hoy en día y dificultarían la adopción de la próxima generación de dispositivos.

Ben Thomas, director de desarrollo de negocio con 5G de la citada empresa, ha explicado a Mobile World Live que en un entorno no autónomo los fabricantes de dispositivos se verán obligados a pagar licencias tanto por la tecnología LTE como por la 5G. El directivo afirma que, en consecuencia, los costes de los dispositivos para el consumidor podrían aumentar en 100 dólares (unos 81 euros) o todavía más.

“Hablamos de un impacto económico macroscópico que podría ralentizar la aceptación. Estoy convencido de que ese es uno de los motivos por los que la LTE ha tardado tanto en ejercer su efecto… y no me gustaría nada que ese mismo mecanismo frenara” la 5G.

Qualcomm y otras firmas hicieron públicas durante 2017 sus condiciones de licencia de 5G. Qualcomm afirma que cobrará a los fabricantes tasas de licencia de hasta 16,25 dólares (unos 13,20 euros) por cada uno de los teléfonos 5G que se vendan, mientras que Ericsson explica que ofrecerá su tecnología 5G a 2,5/5 dólares (aproximadamente 2/4 euros) por dispositivo.

No parece claro que los consumidores estén dispuestos a abonar los costes adicionales. Anshel Sag, analista asociado de Moor Insights & Strategy, ha afirmado en una mesa redonda del reciente Mobile World Congress sobre smartphones que hoy en día los consumidores son mucho más conscientes de los precios de los smartphones que en el pasado. Ha añadido que el mercado está acercándose al techo de lo que los consumidores están dispuestos a pagar.

Diferencias por regiones

Kevin Schoenrock, director de Estrategia y Planificación de Qorvo, indica que los progresos en LTE que pueden producir velocidades de 4 Gbps o superiores, también dificultan que las operadoras de ciertas regiones justifiquen los fuertes gastos en capital necesarios para desplegar la 5G sobre ondas milimétricas. Thomas observa que incluso en las zonas donde las operadoras quieren implantar la 5G habrá desigualdades regionales en el rendimiento, ocasionadas por el espectro que esté disponible en cada caso. Afirma que hay una gran diferencia entre la 5G que funciona con 30 MHz de espectro y la que dispone de 100 MHz o más.

“En ciertas regiones, los usuarios podrían disfrutar de una mejora sustancial respecto a lo que tienen en la actualidad. Pero es posible que los usuarios de las regiones más desarrolladas, como Estados Unidos y Europa, tengan que esperar un tiempo para apreciar una diferencia sustancial en la 5G, porque dichas áreas no disponen de la anchura de banda de espectro necesaria.”

Thomas explica que dicha circunstancia también podría afectar a la aceptación de la 5G por parte de los consumidores. “No tenemos nada claro, región por región, cuánto dinero estarán dispuestos a pagar los consumidores si no aprecian una mejora sustancial.”

A pesar de sus inquietudes, Thomas expresa su confianza en que la participación en las primeras fases de implantación de la 5G será “importante” para todas las partes implicadas.