El CES 2020 ha terminado. Durante los seis días que he pasado en Las Vegas, he tenido la suerte de contemplar muchos aspectos del panorama de Internet de las Cosas y del ecosistema tecnológico en sentido más amplio. He caminado más de 100 kilómetros (ya sé que no es ningún récord, pero en algunos momentos me lo ha parecido), y ahora que he regresado, llega el momento de reflexionar sobre qué era lo importante, cuáles han sido los temas clave, qué dirección sigue la industria… todo desde el punto de vista de Internet de las Cosas, por supuesto.

Internet de las Cosas es una realidad. Hace poco comenté en este mismo blog algunos factores clave en el crecimiento del número de conexiones. Creemos que las conexiones de Internet de las Cosas de consumo casi se duplicarán entre 2018 y 2025 hasta situarse en unos 11.400 millones, y hemos pronosticado que el sector de Internet de las Cosas más importante y con mayor crecimiento será el hogar inteligente.

La definición de hogar inteligente que usamos en GSMA Intelligence abarca electrodomésticos, como por ejemplo frigoríficos y lavadoras; infraestructuras tales como enrutadores, extensores y otros dispositivos de red; productos de seguridad, y dispositivos de gestión energética, como enchufes, alumbrado, aire acondicionado y termostatos inteligentes.

Pero no todo el mundo tiene dispositivos inteligentes o conectados en el hogar. Los motivos difieren, pero las tres principales respuestas obtenidas en nuestro Estudio sobre la Opinión de los Consumidores son que estos no ven ningún beneficio en su uso, piensan que los dispositivos son demasiado caros, y desconfían de su privacidad y seguridad. Dichos reparos son comprensibles en el momento actual (véase gráfico más abajo, haga clic para ampliar).

Los problemas de integración y compatibilidad no parecen tener tanta importancia, pero tal vez no debamos sorprendernos por ello, dado que la encuesta se llevóa  cabo entre no usuarios. Lo más probable es que dichas cuestiones cobraran mayor importancia si la hubiéramos dirigido a usuarios (como sabe todo el que se haya visto en la situación de pegarle gritos a un asistente de voz testarudo y torpe).

En el seminario impartido por GSMA Intelligence en el CES y titulado Do your customers know what IoT is? (¿Saben sus clientes lo que es Internet de las Cosas?), hemos tratado todos los aspectos de dicha tecnología: cómo transforma la manera de trabajar de las empresas, cómo las operadoras y fabricantes planean sus estrategias de dispositivos conectados y cooperan en dicho ámbito. Los desafíos planteados por la adopción de Internet de las Cosas aún persisten, tanto en el sector empresarial como en el de consumo, pero todos nosotros estamos de acuerdo en que dicha tecnología brinda considerables oportunidades.

Russell Gyurek, director del IoT-CTO Group de Cisco y participante en la mesa redonda sobre el ecosistema de Internet de las Cosas, ha señalado que “si bien Internet de las Cosas es ahora una cuestión de gran importancia en varios sectores e industrias verticales, las reticencias del usuario final –esto es, sus percepciones sobre el valor de dicha tecnología en relación con sus costes y riesgos en seguridad y privacidad, así como la complejidad de su instalación– están frenando su adopción en ciertas áreas.

“Cisco se ha comprometido a actuar en todo el ecosistema del mercado para resolver dichas cuestiones e impulsar la plena realización del valor de Internet de las Cosas.”

Los participantes en el debate han reconocido sin ambages que la colaboración en el ecosistema será clave para que Internet de las Cosas desarrolle todo su potencial. Entonces, ¿qué puntos considero que han sido fundamentales en la feria de este año?

Hay que cooperar en la simplificación del hogar inteligente

Una vez más hemos asistido a la presentación de una amplia variedad de productos de consumo conectados, ¡desde almohadas hasta bragas! El realismo de dichos casos de uso, así como la posibilidad de que generen valor, se hallan bajo discusión. Este año, ciertos dispositivos inteligentes para el hogar han sido omnipresentes y respaldan nuestras opiniones sobre la evolución del mercado. También he visto en la feria un gran número de cámaras de seguridad / vigilancia, así como alumbrado inteligente (bombillas, cintas luminosas e interruptores) y cerraduras inteligentes, que no les iban a la zaga.

Centenares de fabricantes compiten mediante aplicaciones especializadas, plataformas y diversos protocolos de conectividad. Mientras que los altavoces inteligentes pueden utilizarse para resolver problemas de integración, la creación de ecosistemas en torno a los asistentes virtuales (como Alexa de Amazon) nos ha llevado a un mercado que, en gran medida, se divide en función de los distintos asistentes de voz, y la falta de verdadera interoperabilidad se mantiene con tozudez. Aun así, se trata de un tema ampliamente reconocido, y las iniciativas en torno a la normalización y la seguridad (Connected Home over IP y Open Connectivity Foundation) han hallado eco en la feria. Esto indica que los principales fabricantes se unen para trabajar en los estándares y comparten la convicción de que los dispositivos tienen que disponer de privacidad y seguridad desde el comienzo, y al mismo tiempo integrarse sin fisuras.

Todo ello proporcionará obvios beneficios tanto a los consumidores como a los desarrolladores. También se han tratado algunos de los temores e inquietudes del consumidor a los que ya hemos hecho referencia. Como ahora la tecnología puntera se centra en la interoperabilidad dentro del hogar, uno de los retos más importantes a los que se enfrentan las operadoras de telecomunicaciones es la posibilidad de usarla en su beneficio y ofrecer servicios OTT, en lo que podría entenderse como una interesante inversión de roles.

Más robots

En robótica se ha impuesto el factor de lo cuqui: tanto el LOVOT (el robot abrazable) como el Ballie de Samsung (un robot que se pasea por la casa) y el RollBot de Charmin (robot repartidor de papel higiénico) han suscitado atención en el CES. Pero además de los robots de compañía, se han presentado casos de uso más adecuados para el sector empresarial. Entre los más destacados se encuentran el exoesqueleto de Guardian XO, que ayuda a los humanos a levantar cargas pesadas, y los cobots de Omron, que contribuyen a automatizar las plantas de producción.

La salud importa… todavía más que antes

La centralidad de los ponibles y de todo lo que tiene que ver con el sueño, que hemos visto en 2019, se ha ampliado en 2020 y ahora incluye sensores médicos para diagnósticos caseros y monitorización de glucosa en la sangre, fertilidad, arritmia cardíaca, oxígeno en la sangre y, en algunos casos, incluso comunicación con profesionales de la salud. Prevemos que dicha categoría crezca en el futuro, a medida que aumente la proporción de personas que utilizan dispositivos por prescripción médica para controlar enfermedades crónicas. El 2020 también es el primer año en el que la tecnología sexual se incorpora oficialmente a la muestra, quizás en un intento de corregir los errores de las ediciones anteriores.

Vehículos del presente y del futuro

La tecnología de última generación para vehículos, siempre popular, se ha apoderado este año de un pabellón entero que albergaba coches conceptuales y taxis voladores. Aparte de los sospechosos habituales, ciertas empresas que no suelen asociarse con la tecnología de automoción, como Panasonic, Sony y LG Electronics, también han mostrado cómo su tecnología se incorporará a los coches que están a punto de salir al mercado.

Datos e inteligencia artificial

Este ha sido un tema omnipresente, que además crece en importancia a medida que se conectan nuevos dispositivos. Al cabo, Internet de las Cosas gira en torno a los datos y al valor que estos generan. Los fabricantes quieren crear servicios y experiencias. Así, por ejemplo, el lema de “el hogar está en todas partes” de LG Electronics, y la “edad de la experiencia” anunciada por Samsung. En ambos casos se destaca la importancia de la inteligencia artificial (IA) en la creación de experiencias personalizadas que nos facilitan la vida.

  1. P. Park, presidente y director de tecnología de LG Electronics, señala que los sistemas de IA del futuro exigirán una amplia colaboración entre dispositivos, y que la inteligencia colectiva será un requisito necesario para incrementar sus capacidades, dejar atrás la mera automatización y alcanzar el Nivel 4 de la inteligencia artificial: el razonamiento.

La IA también genera valor más allá del ámbito de consumo. Omron ha exhibido FORPHEUS, un instructor robótico de tenis de mesa equipado con IA, provisto de inteligencia emocional para motivar al jugador. John Deere ha mostrado el uso de IA para potenciar su tecnología See and Spray (Ver y Rociar), que distingue entre cultivos y malas hierbas. Con todo, cabe destacar que el 95% de los cálculos de IA requeridos se realizan en el propio dispositivo. Si el uso de tales ingenios se normaliza en industrias como la agrícola, el uso de la computación en el borde empezaría a tener sentido.

Internet de las Cosas no es importante tan solo por la conexión de dispositivos, sino también por los beneficios que ofrece al usuario final, ya se trate de consumidores o de empresas. El CES 2020 ha demostrado que la industria empieza a avanzar en la dirección correcta.

– Sylwia Kechiche – analista de Internet de las Cosas – GSMA Intelligence

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