Portavoces del Parlamento y el Consejo Europeo han confirmado el objetivo de crear un sistema de comunicaciones por satélite propio de la Unión Europea y han otorgado un visto bueno provisional a un proyecto a tal efecto que requerirá cuantiosas inversiones.

Ambos organismos han llegado a un acuerdo provisional sobre normativa, estableciendo así el marco para el plan de la Comisión Europea de lanzar un sistema propio de comunicaciones por satélite. Dicho sistema se está diseñando para que ofrezca servicios oficiales con seguridad, así como banda ancha residencial a través del sector privado.

La futura constelación cubrirá Europa y otras zonas definidas como de “interés estratégico”, entre las que se hallarán África y el Ártico.

El plan aún está pendiente de aprobación plena por los Estados miembros en el Consejo Europeo y de tramitación formal en el Parlamento Europeo.

En un artículo sobre el proyecto, Thierry Bretton, comisario europeo, ha calificado la medida de histórica, y a continuación ha añadido que la llamada Infraestructura de Resiliencia, Interconexión y Seguridad vía Satélite (IRIS2) reforzaría “el papel de Europa como verdadera potencia espacial”.

La Unión Europea prevé gastar 2.400 millones de euros de fondos propios en el proyecto, a los que se espera que se sumen las contribuciones de la Agencia Espacial Europea y de los inversores privados.

Una vez desplegada, la flota funcionará como infraestructura de comunicaciones segura al servicio de los Estados miembros y otros organismos gubernamentales, y ofrecerá lo que el Consejo Europeo llama “acceso a banda ancha para todo el mundo”, suministrado por terceras empresas que utilicen la infraestructura.

Este futuro sistema de la UE entrará en competencia con diversos sistemas de satélites comerciales destinados a la industria de las comunicaciones.