Los máximos directivos de 30 firmas de telecomunicaciones, entre las que se hallan Telefónica, Deutsche Telekom, Orange y Ericsson, han expresado una vez más su preocupación por las propuestas de enmienda sobre el reglamento europeo de comunicaciones digitales.

Según el Financial Times , los mencionados directivos han remitido una carta a los comisarios europeos y al presidente de la Unión Europea (UE) en la que afirman que los cambios previstos en el Código de Comunicaciones Electrónicas desincentivarán las inversiones.

Las propuestas de enmienda comprenden medidas tales como incrementar las atribuciones de los organismos reguladores nacionales, porque la influencia de las grandes empresas (los llamados oligopolios) en Europa es motivo de preocupación.

Operadoras y fabricantes prestaron en su día un amplio apoyo a la modificación de la normativa sobre telecomunicaciones y competencia propuesta por la Comisión Europea en 2016, en el marco de un esfuerzo por revitalizar la industria.

Pero el Parlamento Europeo propuso cambios en el 2017 y las firmas de telecomunicaciones advirtieron que estos obstaculizarían los objetivos de la UE de establecer un mercado digital único en toda la región.

Mats Granryd, director general de la GSMA, dijo por aquel entonces que las modificaciones propuestas hacían peligrar los beneficios sociales y económicos a largo plazo que se buscaban.

Las negociaciones en torno al código no han cesado desde entonces.

Los ejecutivos declaran en su carta que “Europa solo podrá afrontar la competencia con el resto del mundo y alcanzar los objetivos de la Sociedad de Gigabits si sus políticas y regulaciones ofrecen a los mercados una normativa ambiciosa que favorezca la inversión y refuerce la estabilidad, y se aleje de las dinámicas reguladoras intervencionistas”.

Por otra parte, Gavin Patterson, máximo directivo de BT, afirma que “este código es la oportunidad que tiene Europa para brindar un verdadero apoyo a la fibra y la 5G, pero solo tendrá éxito si crea los incentivos adecuados y unas regulaciones estables que nos permitan [a nosotros y a otros proveedores de estructuras] comprometernos a realizar las considerables inversiones que serán necesarias”.

ETNO (la asociación europea de operadoras de redes de telecomunicaciones) atacó en marzo el acuerdo alcanzado por los países de la UE y los legisladores con el objetivo de liberar espectro para la 5G, porque entendía que le faltaba ambición.